34

48 9 1
                                    

-Felix...aquí estás-

-Changbin...-de inmediato se paró- yo...

-Te estuve buscando, fui a tu casa y dijeron que aún no llegabas, quise llamarte pero mi celular no tenía carga.

Felix quería llorar, Dios, quería llorar. Se había vuelto un completo llorón, sin embargo, las lágrimas se retuvieron por voluntad propia.

-¿Qué haces aquí? Te estaba buscando porque quería-

-Escucha- dijo soltando un fuerte suspiro antes de continuar-. Me gustas, mucho, me gustas...demasiado.

-Felix...

-Nunca antes me había sentido así, por nadie. No sé qué mierda pasa conmigo, tal vez sí sea un raro o no sé, puede que sí, y que todo este tiempo tuviste razón...y perdón por eso porque sé que tú no eres como yo y no vas a poder corresponderme, pero aún asi me gustas, y eso no va a cambiar de repente. Lo del otro día yo... también lo siento, fue mi culpa, ese fue mi primer beso, y debo decir que en parte no me arrepiento, pero igual lo siento. Perdón si fui insistente o molesto contigo y por no haber contestado tus llamadas, y haberme alejado, eso no hace un verdadero amigo, y entenderé si de ahora en adelante no podamos serlo, aunque sí me gustaría llevarme bien contigo, porque a pesar de todo yo te tengo mucho cariño y no puedo evitar preocuparme por ti y extrañarte. Perdón si mis palabras te incomodan, para mi también es difícil porque nunca hice algo así, y ahora me cuesta mucho más contigo en frente. De todas formas tengo que aclarar las cosas porque no quiero que me odies, no quiero seguir arruinando nuestra amistad.

-Felix no es tu culpa.

No supo en qué momento había comenzado a derramar lágrimas, y de por qué Changbin ahora lo tenía abrazado con fuerza, o porque se aferraba a su cuerpo.

La esencia que tanto extrañaba invadió su nariz y sintió derretirse. Estar entre sus brazos se sentía bien, como nunca antes.

Changbin acarició su espalda y lo consoló.

-Felix...-susurró a su oído-tu también me gustas, yo de verdad...pienso que me gustas.

Se apartó.

Retrocedió tanto como pudo.

-No.

Changbin lo vio sorprendido.

-Tu no puedes...

-Ya sé que te dije que no podría fijarme en ti, pero estaba equivocado.

-Ya detente.

-Estoy tratando de ser sincero, de verdad. Ese día del beso, no fuiste el único responsable, yo también quería, quería intentarlo- aclaró-. Y desde ahí no he hecho más que pensar en ti-

-No te creo...estás confundido- susurró para sí mismo, pero con Changbin claramente escuchándolo.

-No yo-

-Debió ser por lástima...

La expresión en Changbin se endureció.

-¿Quieres dejar de sacar conclusiones sobre mí? Estoy siendo honesto, es verdad lo que te digo.

De verdad le enojaba que Felix a veces fuera de esa forma, incrédulo y que luego se terminara culpando. Pero él también lo conocía, y sabía que él contrario tenía un miedo muy grande, sin embargo, debía encargarse de darle confianza.

Los días sin Felix habían sido terribles, pero también le habían ayudado a aclarar muchas cosas para sí mismo. El descubrir la relación de su primo y Minho solo había sido la cereza del pastel, pero una pieza definitiva dentro del rompecabezas de su mente.

Quería que la persona frente suyo lo entendiera, que quería intentarlo, que iba a seguir intentando ser fiel así mismo, porque eso es lo que acostumbraba hacer, y esta vez no iba a ser la excepción.

-¿Qué tal si lo intentamos? Ambos queremos, ¿no?, no digo que todo saldrá bien, esto también es nuevo para mí, jamás he estado en una relación pero me gustaría intentarlo contigo...Iremos con calma, a nuestro ritmo y...

Felix negó y lo miró sorprendido antes de irse repentinamente, sin siquiera escucharlo, caminó tan rápido como pudo, escuchando su nombre siendo gritado muchas veces.

¿Qué lo detenía? Solo sabía que era aterrador, casi podía visualizar el escenario de él y Changbin arrepintiendose.

Esto es lo que él había ocasionado, lograr confundir a Changbin.

No volteó en ningún momento, solo necesitaba volver a casa. En cuanto llegó abrió la puerta y se dirigió directo a su habitación, preso del pánico. Escuchó voces llamarlo en repetidas ocasiones, pero seguía ensimismado. Entonces cierta persona se coló en su habitación haciendo que por fin pusiera atención a su entorno.

-Hijo, ¿sucede algo?

Era su padre, un hombre no tan alto, delgado y muy parecido a él, con la diferencia de los años acumulados. El hombre se adentró un poco indeciso a su habitación y cerró la puerta, haciendo el menor ruido posible.

Suspiró, era lo que le faltaba.

Su padre se acercó tomando asiento a su lado de la cama.

-Estábamos esperándote para la cena ahí abajo, pero entraste sin siquiera saludar- habló el mayor con dejo característico de preocupación, pero a la vez sonando suave.

-Quiero volver a mi casa, papá- dijo sin pensarlo dos veces, con los ojos enrojecidos de tanto llorar.

-¿A casa? Felix, sabes que esta es tu casa- sonrió el hombre, un poco confundido.

-¡No! Aquí no, con mamá, quiero volver con ella. No quiero estar más aquí.

Su padre de pronto cambió su sonrisa y adoptó un semblante nostálgico, como recordando algo.

-¿Pasó algo en la escuela? Sabes que puedes contarme, trataré de ayudarte en lo que necesites. Lo enfrentaremos juntos.

-Deja de fingir ser un buen padre ¿quieres?, tú no puedes ayudarme, nunca haz sido de ayuda. Tú no sabes lo que es enfrentar los problemas, te la haz pasado huyendo de los tuyos toda la vida, así que no empieces con ese discurso barato.

No supo de donde vinieron esas palabras, no supo en qué momento pensó aquello de su padre. Él lo estimaba, lo quería, quería su aprobación y apoyo. ¿Por qué le decía todo ello?

Se sentía terrible tener que decirlo, sin embargo las palabras se escurrieron fuera de su boca sin poder evitarlo.

La culpa inmediatamente caló en Yongbok, no era su intención soltar aquellas palabras.

-...Lo siento-dijo levemente, asustado.

Su progenitor agachó la mirada, soltando un fuerte suspiro, sabiendo que tarde o temprano podría pasar, temiendo en cada instante.

-...Tienes razón...-aclaró-no he sido un buen padre para ti, nunca he hecho la cosas bien. Incluso hace años cuando aún éramos una familia, no pensé ni en ti ni en tu madre al irme de casa- dijo con la voz quebrándose en cada una de sus palabras-...te lastimé sin darme cuenta...perdóname hijo- dijo con dificultad.

Durante años, su padre no había hecho más que lamentarse y arrepentirse cada que hablaban por teléfono, sin embargo, esta era la primera vez que pedía perdón. Sintió un muro dentro suyo siendo derribado. Lo miró con tristeza.

-Yo sé que aún te duele, y que hay muchas cosas que no dices y prefieres guardártelas para ti mismo e ignorarlas, sé que parece sencillo, pero créeme cuando te digo que se vuelve en un martirio con el tiempo, y llegará un punto en que no podrás soportarlo, por eso déjame ayudarte esta vez, por favor, quiero que seas feliz. No tengas miedo, porque aquí estaré para animarte, sin importar el problema.

No pudo aguantar más, su llanto otra vez lo consumió, no sabía que necesitaba escuchar aquellas palabras, no hasta ese entonces.

-Papá creo que soy gay- admitió en medio del desastre en su interior, dejando que sus emociones empezaran a explotar una por una junto con las lágrimas.

El hombre no dudó en abrazar a su hijo en respuesta, quien se encontraba hecho un mar de lágrimas.

-Está bien hijo, lo sé, está bien, todo está bien.

¿Amor o amistad? esa es la cuestión 《Changlix & HyunIn》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora