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Había sido un día pésimo en la escuela para Hyunjin. Malas notas, varias faltas, advertencias por comportamiento inapropiado.

Su padre lo iba a asesinar.

De repente los profesores lo habían llenado de tareas y proyectos para que intente salvar el año, y así, graduarse tranquilamente.

Hyunjin sabía que no había salvación.

No entendía nada de matemáticas, su principal problema, ni tan siquiera tenía idea de los temas tocados en clases, porque seguramente no había asistido a estas.

También debía empezar a prepararse para el CSAT, el examen de ingreso a la universidad.

Mierda.

Estaba arruinado.

De pronto, mientras se lamentaba dentro de las cuatro paredes de su habitación, una notificación de un mensaje provino de su teléfono.

"Está bien"
"Acepto tu propuesta"
"Pero...tengo condiciones"
"Por cierto, holaa!! Soy Jeongin"

¿Había leído bien?

¿Jeongin?

¿Cómo encontró su perfil?, ¿cómo tenía su número? Muchas preguntas, pocas respuestas. Pero nada se comparada a la fuerte sensación de felicidad fundiéndose en su pecho.

"Hola"
"Esta bien"
"No te arrepentirás 😏"

Hyunjin rió con malicia. De alguna forma sabia que Jeongin tenía que aceptar, y claro que debía hacerlo.

"Por cierto"
"¿Cuál es la condición?"

Esperó algunos minutos por una respuesta.

"Mmmm"
"No me gusta recibir ayuda si no ofrezco algo a cambio"

Hyunjin analizó el último mensaje recibido y no le tomó mucho tiempo averiguar qué pedir a cambio. Sí, definitivamente aprovechó la situación.

"Eres bueno en la escuela, ¿verdad?"

Esperó.

"Algo"
"Mi promedio no está nada mal"

Hyunjin bufó con la afirmación. Le servía.

"De acuerdo"
"Ayúdame con eso"
"Estoy pasando por una difícil situación con mis cursos"
"Yo te enseño, tu me enseñas"
"¿Qué dices?"

Esta vez a Hyunjin le tocó esperar por un buen rato para una cortante respuesta.

"Bien"

Fue lo último que visualizó.

Se negaba a terminar la conversación en ese instante.

"Empezamos mañana, en la tarde.
"Iré a buscarte"
"Ponte guapo para mí 😉"
"Adiós~"

Si había algo que le gustaba era dejar a otros con una fuerte impresión. Con Jeongin no era distinto.

*

Después de la escuela, vestido casualmente pero a la moda Hyunjin se encontraba parado fuera de la casa de Jeongin.

Un día antes le había dicho al castaño que se pusiera lindo para él, luego de ello no había recibido una respuesta, solo un notificación de leído, lo cual le divertía, suponiendo que había hecho enrojecer esa carita de mirada traviesa. Hubiese amado verlo sonrojarse como tomate.

-Perdón la demora, es que no encontraba qué ponerme.

No notó el momento en el que el castaño apareció delante suyo, vestido con un suéter amarillo patito y unos jeans sueltos, zapatillas y un pequeño bolso de hombro cruzado que era bastante bonito.

Pensó que era el look más adorable jamás usado por un chico de su edad.

Si hubiese tenido que empezar con las sugerencias, Hyunjin habría pensado en una chaqueta de cuero, un hoodie, unos botines tal vez, algo más ajustado. Pero por algún motivo no abrió la boca para nada.

Estaba maravillado por ese estilo tan bonito y colorido. Era perfecto, le gustaba.

-Entonces...¿me veo bien?

El más alto casi titubeó al querer responder un definitivo sí, pero en vez de eso se aclaró la garganta.

-Uhm, sí, bien. Pero podría ser mejor. De todos modos está bien para un inicio.

No era mentira, pero hasta cierto punto sí lo era. Se suponía que ahora era como un maestro para el más bajo, debía actuar como tal y no dejarse sorprender tan fácil.

-Genial- sonrió Jeongin con orgullo-. Oh, cierto, luego de esto vamos a la biblioteca, para empezar con las clases.

-Uhm, claro- respondió Hyunjin sin mucho ánimo.

Lo había olvidado, de hecho.

-Pues bueno, ¡empecemos nuestra cita!

El alto rodeó con su brazo los hombros de Jeongin, conduciendo sus camino.

-¿Cita? - decía el contrario preocupado.

Hyunjin había propuesto ir a una cafetería, ya que usualmente la gente aprovechaba para conocerse mejor en esos lugares, los cuales eran tranquilos y estéticos. A las chicas les encantaba.

En el camino, Jeongin no había dejado de hablar de videojuegos, libros, escuela, series. Sabía mucho, y todo tan solo porque el contrario le había hecho una sola pregunta nomás por generar conversación.

Le tomó tiempo recordar que no había que darle tanta cuerda al entusiasta Jeongin, porque se dejaría llevar de más.

Estaba está manía de Jeongin con sacar datos curiosos de la nada.

-Oh y hablando de eso, sábes de lo que me enteré el otro día, los osos polares no son blancos, en realidad tienen de blanco solo el pelaje. Debajo de ese pelo tienen la piel oscura, ¡Puedes creerlo! y-

-Okay, okay, primera regla para citas- Interrumpió-. En una cita, por lo general debes aprender a escuchar a la otra persona. Eres muy lindo cuando hablas, podría escucharte por horas, de hecho. Pero ¿y si la otra persona quiere también expresarse?

Jeongin parpadeó mirándolo fijamente, no entendiendo del todo su punto. ¿Cómo que lindo cuando hablaba?

Hyunjin suspiró ante tal expresión de disconformidad.

-Sabes qué, tengo una idea, te mostraré con ejemplos. Hoy serás la chica.

-¡¿Qué?! - exclamó con pánico.

-Rayos, no estoy diciendo que actúes como chica, solo se la parte receptora. Observas como te trato... y aprendes-Guiñó en total seguridad.

-No quiero que me coquetees en público- se apartó un poco con desconfianza.

-Oye, ¿Quieres aprender a tener citas o no?

El más bajo muy a su pesar terminó asintiendo, realmente quería aprender del mejor, Hyunjin parecía serlo.

-Entonces colabora.

-Bien...pero trata de ser discreto.

-Claro...

Llegaron a una cafetería muy bonita, rosa, algo escondida de otros negocios de aquella zona comercial. Hyunjin parecía poco sorprendido, como si hubiese estado ahí antes. Jeongin por su parte lucía admirado y desorientado a la vez, nervioso, incómodo. Este lugar daba las vibras de ser muy romántico, y era casi una sentencia cuando vio a su alrededor y notó la cantidad de parejas sentadas en las mesas, la cantidad de hombres y mujeres interactuando con cariño entre ellos. Se sintió intimidado.

Tampoco eran muchos en realidad, pero eso no lo tranquilizaba más.

De repente un brazo rodeó su cintura y la apretó con fuerza.

Jeongin tragó duro.

¿Amor o amistad? esa es la cuestión 《Changlix & HyunIn》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora