17- Tras la puerta

238 46 8
                                    


-A-ah, Brad... esto... solo...- Jake se giró de cara a Brad, que estaba cruzado de brazos con una ceja alzada con molestia.

-Solo... no entres ahí, ¿vale?- dijo el pelirrojo, refiriéndose a su habitación. Le había pillado con las manos en la masa.

-Pero, ¿Por-?

-¡Venga, que voy a llegar tarde por tu culpa!- Brad, tras interrumpir a Jake, se giró y fue a paso ligero al comedor para coger la bolsa en la cual, seguramente, llevaba la ropa para entrenar. Jake le siguió el paso, dubitativo.

"¿Por qué no quiere que entre? ¿Tan desordenado está todo? Aunque... puede que no sea por eso..." de golpe, una idea horrible le hizo palidecer en pocos segundos "¿N-no será un yandere como Yuno y tendrá ahí a sus padres muertos? ¡Oh, Dios mío, estoy en peligro!"

-¡Jake! ¿Te pasa algo?- el moreno volvió al mundo real a causa de la voz alzada de Brad, que sujetaba la puerta, dándole a entender que tenía que salir por ella.

-¿Eh? ¡Sí, sí!- tras sacudir su cabeza, intentando espantar esas estúpidas ideas que aparecían en su mente a causa de leer tanto manga, salió del piso de Brad y esperó a que éste cerrara la puerta con llave.

Por el camino, Jake se sorprendió a sí mismo hablando animadamente con Brad, con total confianza, como si no le hubiera besado dos veces ni nada. Aunque cada vez que pensaba en eso, se sonrojaba solo de recordarlo y se recriminaba a sí mismo por ser tan penoso.

-Oye, por cierto, al final no sé lo que te tatuó Alan el otro día.

-Bueno, ahora lo sabrás... ¿Tantas ganas tienes de verlo?- Brad le empujó con el brazo suavemente, con la misma sonrisa pícara de siempre. El otro sonrió con indiferencia mientras le devolvía el empujón.

-Solo es curiosidad, idiota.

-Claro que sí- se burló el pelirrojo con ironía. Jake le sacó la lengua y se puso de morros. Las fuertes carcajadas de Brad sonaron por toda la calle y él no iba a ser menos. Al cabo del rato, el pelirrojo retomó la conversación por otro lado-. Ah, por cierto, no sé si también cenarás con Emmy y Mary pero yo no puedo. A las 20:00 me tengo que ir.

-¿Qué es lo que tienes que hacer siempre a las 20:00?- preguntó con curiosidad, pillando a Brad desprevenido. Se puso serio y vaciló un rato antes de responder.

-Voy a ver a mi abuela- si a Brad le pilló la pregunta desprevenido, la respuesta pilló a Jake en pelotas. Ni por un momento creyó que alguien tan... como Brad, iría a ver todos los días a su abuela.

-¿A tu abuela?

-Sí... está en una residencia. En realidad, yo estoy a su cargo. Como mi madre siempre viaja decidió que yo viviera con ella en el piso en el que estoy actualmente... pero como llegó al punto de que no podía cuidarse ella sola, decidió alojarse en una residencia. Con sus ahorros paga mi piso y cubre algunas de mis necesidades y... moralmente también le debo mucho, así que lo mínimo que puedo hacer es ir a verla al menos 1 hora todos los días- Brad miraba al frente, serio, y Jake lo miraba con ojos brillantes de admiración.

-Vaya, eso es... genial, por tu parte.

-Bueno... ella y Alan son mis dos pilares. Sin ellos no sería quien soy ahora- dijo, mirando al cielo con aires de melancolía. La cara de Jake se descuartizó en cuanto digirió aquella oración.

-¿A-Alan? ¿Te refieres a ese Alan que hace tatuajes y que da tanto miedo?- Brad lo miró con el ceño fruncido pero, cuando sintió VERDADERO miedo en su expresión, tuvo que luchar por no empezar a reír de nuevo, agarrándose el estómago con una mano y tapándose la boca con la otra- ¡Oye! ¿¡Qué se supone que es tan gracioso!?- Jake se estaba molestando en serio por no entender el punto cómico de la situación, pero Brad no dejaba de ahogar su risa.

-¿En serio? ¿En serio Alan te dio tantísimo miedo?- se esforzó mucho por decir solo aquellas palabras. ¿De qué se sorprendía? Ese tío era lúgubre...- Mira, ya sé que puede dar un poco de mal rollo y que no habla mucho y tal pero... en serio, Alan no le haría daño a nadie. Nunca. Bueno, tal vez con los tatuajes, pero, aparte de eso, jamás, ¿Sí?- explicó Brad cuando hubo recuperado la normalidad de su respiración.

Jake se llevó una mano a la barbilla y frunció el ceño, intentando imaginar a ese tío serio, tan delgado, con media cara tapada por su pelo y esa mirada fría... pero en plan buena gente. Le costaba lo suyo, no le veía sentido.

-Eh, mira, Jake, hemos llegado- el moreno dejó de pensar en Alan y centró su atención en el club de boxeo que estaba ante sus narices, en el cartel del cual se podía leer "Sandler Boxing".

Brad le abrió la puerta, permitiéndole el paso. No era la primera vez que lo hacía, y le hacía sentir un poco... incómodo. No era como si él no pudiera abrirla o fuera una chica o algo por el estilo... ¿Por qué lo hacía?
Dejando ese gesto de lado, se adentraron en el lugar. Era bastante grande y por todos los rincones había jóvenes sudorosos peleándose con algún saco que colgaba de la pared, el techo, o que se aguantaba con un pie en el suelo. Había un par de rings de boxeo en los cuales había dos chicos en cada uno, haciendo combates seriamente. Jake se sintió totalmente fuera de lugar.

"Quiero ir a casa y leer manga..."

-¡Eh, Brad! ¡Llegas a tiempo para combatir!- un hombre de unos 30 años, muy musculoso y con el pelo rojo teñido al igual que Brad pero más corto, se acercó a ellos, sonriente. Se percató de la presencia de Jake y lo miró de arriba a abajo, sin ademán de juzgarle- ¡Mira tú, si hoy has traído a alguien y todo!- terminó por decir, sonriente.

-Solo viene a mirar, Jerry, no te emociones.

-Ya lo imaginaba, ¿Cómo es que estás tan delgadito?

Jake no se esperaba que la conversación se dirigiera hacia él tan de repente, así que respondió con algunos tartamudeos incómodos- Eh, bueno, yo...

-Tío, Jerry, deja de acosar a Jake. Venga, prepara a los chicos, que es lo que tienes que hacer como entrenador que eres- lo regañó Brad, mientras reía. Él otro le siguió las risas y se fue hacia un grupo de chicos-. Me voy a cambiar, puedes sentarte ahí, si quieres- señaló unos asientos de madera que habían al lado de un ring-. Así podrás verme en primera fila- el pelirrojo le sacudió el pelo y, tras guiñarle un ojo y dedicarle una de sus sonrisas ladeadas, se dirigió a trote hacia una puerta que seguramente sería el vestuario. Jake, cohibido por el gesto, siguió su consejo y se sentó en el banco.

-Idiota...

---------

PUHOYYYYYYYYYYYYYYY REPOLLOS Y REPOLLOS HEMBRAAA *-* Hoy estoy aquí con un nuevo capítulo de Whatever, uno de esos capítulos que a nadie le importan pero que están llenos de cosas importantes :D Hoy es un día triste, repollos. Sep. Hoy quiero dedicarle mi humilde capítulo a las víctimas de París. Porque sí, porque puedo y porque quiero. Así este capítulo del montón se convertirá también en uno más especial que ninguno. Tal vez no sirva de nada, pero como no se pueden arreglar los daños hechos y yo no puedo hacer nada... es lo único que se me ocurre. Muchas gracias por leer y espero que os haya gustado leerlo casi tanto como a mí escribirlo. Y cuidaos mucho, repollos, que cada día puede ser el último. 


Whatever (Yaoi/BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora