4- El principio

401 64 20
                                    

Jake se despertó a causa del sol que le daba en la cara. Primero se extrañó ya que siempre lo hacía gracias al despertador. Después se asustó y se incorporó a toda prisa porque eso significaba que el despertador no había sonado y que llegaba tarde a la tienda. Luego recapacitó y se dio cuenta de que era domingo, así que no tenía que trabajar. Suspiró, acostándose de nuevo y tapándose con las finas sábanas de su cama hasta arriba. Anda que empezaba bien el día...
Intentó dormir, aunque fuera un poquito más, pero entre el sol, los pajaritos y otro ruido parecido a unos golpes que no lograba identificar, se le hizo imposible.

Arrastrando su cuerpo como si fuera una pesada carga, se puso de pie. Bostezó, mientras se restregaba los ojos con pereza. Se quedó unos segundos parado, mirando hacia la ventana que daba a los patios de la comunidad de donde provenían esos golpes secos y constantes ¿Qué sería ese ruido?
Al final la curiosidad venció a sus necesidades matutinas. Se acercó a la ventana y, a pesar de estar totalmente despeinado, se asomó por ésta.

Buscó con la mirada por los patios para adivinar de dónde provenía ese extraño sonido. Se sintió satisfecho al encontrar un chico pelirrojo teñido dándole golpes a un saco de boxeo que colgaba de la pared. Estaba bastante lejos, pero a simple vista se veía que era bastante grande y sus músculos se marcaban por todo su cuerpo, sobretodo se notaba por la parte de arriba, ya que no llevaba camiseta alguna.
Una vez saciada su curiosidad, volvió a meter su cabeza al interior de su casa pero, en cuanto se dio la vuelta con la intención de ir al baño, una idea fugaz cruzó su mente:

"¿Y si a Emmy le gustan este tipo de chicos?"

Rápidamente volvió a sacar la cabeza. El patio en el que estaba situado el chico estaba bastante alejado así que, si quería que le escuchara, debía gritar bastante alto. Dándole igual lo dormido que estuviera el resto del vecindario, infló sus pulmones al máximo y gritó con todas sus fuerzas.

-¡EEEEEEEH!- el chico pelirrojo paró un segundo. Ni siquiera buscó con la mirada de dónde provenía el grito, simplemente siguió dándole golpes al saco como si no fuera con él la cosa. Jake se hizo el ofendido y, frunciendo el ceño, gritó aún más fuerte- ¡¡EEEEEEEEEEH!!

El chico, finalmente, dejó de pegar al saco y se dio la vuelta, asesinando con la mirada a Jake- ¡Ya te he escuchado la primera vez! ¡Si te molesta el ruido, me da igual, joder!- y siguió con su labor. Si Jake ya estaba cabreado aquello lo enfadó aún más.

-¡No te he dicho que tengas que parar en ningún momento!- el chico volvió a girarse y, a pesar de la lejanía, Jake distinguió una sonrisa arrogante asomando en su cara.

-¡No sabía que tenía admiradoras!- Jake se sonrojó y apretó los puños, buscando alguna respuesta para dejarlo mal.

-¡Y yo no sabía que tenía un vecino idiota!- consiguió decir, finalmente. El desconocido soltó una fuerte carcajada.

-¡Buena esa, me has dejado sin munición!- hubo un segundo de silenció hasta que volvió a hablar-. ¡Me llamo Brad Parker, ¿Y tú?!- Jake vaciló un segundo antes de responder.

-¡Jake Taylor!

-¡Y bien, Jake, si no querías decirme lo molesto que era el ruido... ¿Qué querías?!

-¡Pues...!

-¡Niñatos! ¡Dejad de pegar gritos a las 10 de la mañana de un puto domingo!- se escuchó una tercera voz. No pudieron identificar de dónde provenía, pero empezaron a reír por la situación.

-¡¿Qué tal si nos vemos a las 11:00 en la cafetería de la esquina y me lo dices?!

Jake pensó un momento... pero no encontró motivos para decir que no.

Whatever (Yaoi/BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora