Capítulo 9: Encontrando a Whistledown

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—Colin... yo... —se trabó entre palabras. Estaba sin duda alguna, aterrada no solo de ser descubierta, sino de ver ese rostro que siempre mantenía una sonrisa para ella, mirándola con furia está vez.

No lo veía desde el compromiso, no sabía nada de él. Hasta ese tormentoso instante.

—No trates de negarlo. Te escuché con el impresor —sentenció con violencia— y pensar que vine tras de ti, porque estaba preocupado por ti. Tenía miedo de que el cochero te hubiera raptado a esta parte de la ciudad cuando lo cierto es que sabias lo hacías, porque siempre has sido Lady Whistledown desde el inicio —sus palabras salían rápidas y afiladas cuál navaja.

Ella no podía hacer otra cosa más que gimotear, le era irreconocible el hombre frente a ella. Un Colin molesto, con la mirada apagada y la voz gutural que jamás le había escuchado en todo el tiempo que llevaba conociéndolo; y entonces se dio cuenta de que no lo conocía realmente bien, solo tenía la parte que todos alaban de Colin Bridgerton, pensaba conocer al Colin alegre y encantador, sin embargo, este nuevo Colin no era ni un atisbo parecido al que conocía, ni siquiera parecido al que llegó a inicios de la temporada.

Estaba herido. Furioso.

—Todas las mentiras que has dicho, todas las cosas que has escrito sobre mí y mi familia —siguió con aquel tono que viajaba de la furia hasta el dolor, haciendo que su voz se apagara tratando de ocultar el nudo de su garganta.

Seguía sin entender porqué había traicionado su confianza de esa manera, como había tenido el descaro de colarse en su vida, en su mente y al final resultar ser la mujer que se había expresado de manera soez.

—Colin, por favor, necesito explicártelo —suplicó ella con la atona.

—Has sido imprudente y mezquina, y has causado mucho daño. No sé si pueda perdonarte —replicó sintiendo como su furia le quitaba las fuerzas al término de su frase.

¿Era capaz de perdonarla?, ¿De abandonar el amor que estaba sintiendo por ella? No lo deseaba, pues había descubierto que amarla le daba un cierto significado que crecía como el fuego; no buscaba dejar de amarla aunque ellos lo estuviera condenado a la tortura. Pero quizás era lo mejor, sería la barrera perfecta entre su amor por ella y la realidad del matrimonio de Penélope.

Se giró con brusquedad y dio solo un paso cuando la voz de Penélope se hizo más fuerte.

—Tienes razón —dio unos pasos delante, para acortar la distancia física entre ellos— me doy cuenta del daño que he causado y estoy arrepentida por ello.

Sin embargo, decidió quedarse a escuchar, porque necesitaba hacerlo. Necesitaba entender en medio de su sentimiento de traición.

— ¿Qué estabas pensando cuando escribiste sobre Eloise? —preguntó confuso, sin saber realmente a dónde conducir la discusión.

—Intentaba protegerla, y me doy cuenta de lo equivocada que estaba —respondió de inmediato, su rostro se desvanecía en una mueca triste, reprimiendo las lágrimas que amenazaban con escapar de sus ojos.

Entonces él recordó lo de hace un año, y como la reina tenía la vista puesta en su hermana acusándola de ser Lady Whistledown, luego estaba toda esa situación con las reuniones a las que asistía a escondidas. Rumor perfecto para disuadir a la reina, pero muy lastimero para su hermana y su familia.

Se permitió dudar, pues era cierto que el rumor había ayudado de cierta manera a su familia, no obstante, sus palabras habían sido lo suficientemente filosas como para no salir herido.

Ellos le evocaron un recuerdo, uno que, si bien no le dolía por las mismas razones, habitaba cuando se mencionaba a Lady Whistledown.

— ¿Y lo de la señorita Thompson?, la expusiste y con eso la arruinaste.

Romacing Lady DeblingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora