Capítulo 15: Al limite

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Esa mañana después del desayuno, Colin descansaba en salón informal de la casa Bridgerton, notando como el silencio reinaba en el lugar de tal forma que parecía apaciguar su atormentada cabeza. Los pensamientos sobre Lady Whistledown, sobre la envidia creciendo por su pecho sumados a la preocupación por el bienestar de Penélope; lo hacían vagar por los rincones más oscuros de su corazón.

El silencio se rompió al escuchar los pasos de alguien entrar a la habitación, se giró para descubrir quién era la persona, solo para encontrarse con la sonrisa penosa de Eloise.

—Hola —dijo tomando lugar en una silla a lado suyo— mamá dijo que te irías de viaje después de la boda de Franchesca.

—Así es —respondió sin más. Aún se sentía un poco con Eloise por haberle ocultado el secreto de Penélope.

Eloise sintió la frialdad de su respuesta, y su sonrisa vaciló por un instante, pero no dejó que la incomodidad la venciera. Tomó aire y miró a su hermano con esa mirada inquisitiva que tanto lo incomodaba y lo hacía sentir como si ella pudiera ver más allá de sus palabras.

—Sé que estás molesto conmigo —dijo finalmente, rompiendo el silencio que comenzaba a tensarse entre ellos—. Y lo entiendo. El secreto de Pen es grande, pero no era algo que pudiera compartir tan fácilmente. No me concernía a mi decírselo a alguien

Colin se mantuvo en silencio, sus ojos volviendo a posarse en la ventana, donde el cielo gris de la mañana parecía reflejar su estado de ánimo. Había pensado en esa traición más de lo que quería admitir, la idea de que las dos personas más cercanas a él le habían ocultado algo tan importante seguía latiendo en su pecho. Aunque sabía que Eloise no lo había hecho por malicia sino para proteger a su amiga, no podía evitar el resentimiento.

—¿Y qué más da? —respondió al cabo de unos segundos, su voz cargada de amargura—. No es como si yo no fuera el último en enterarse siempre.

Eloise lo observó en silencio, mordiéndose el labio. Sabía que su hermano estaba herido, pero también que el orgullo de Colin lo mantenía atrapado en un ciclo de enojo y confusión. Finalmente, habló con la misma honestidad que siempre la había caracterizado.

—Colin, no quería que lo descubrieras así —susurró—. Penélope ha vivido con ese secreto durante tanto tiempo, y créeme cuando te digo que no fue fácil para ella. Lady Whistledown no es solo una escritora de chismes; es su forma de liberar todo lo que siente, lo que ve y lo que no puede decir en voz alta.

Se vieron interrumpidos por la presencia de Penélope en la habitación. Ambos giraron en dirección a ella y pudieron percatarse con claridad su rostro atribulado. No hizo previos saludos, tomaba con nervios la tela que rodeaba sus brazos —El, habría querido venir antes, pero —detuvo sus palabras luego de ver a Colin, parecía arrepentida de algo que aún no había dicho— yo...

—Me retiro, para que continúen su conversación —dijo con una expresión fría.

—No Colin —respondió Penélope, lo miro a los ojos por más tiempo del debido— te enterarás de esto cuando Cressida revele mi secreto

— ¿Qué? —la exaltación y espanto se hicieron presentes para ambos hermanos, pero Eloise llevó la batuta de la conversación— ¿Cómo se ha enterado?

—No lo sé, pero ha venido a mi casa para extorsionarme. Si no le pago el doble de la recompensa de la reina, me expondrá en el baile de mis hermanas

El aire en la habitación se tornó denso, y Colin sintió cómo el corazón se le aceleraba al escuchar las palabras de Penélope. La idea de que Cressida Cowper, de todas las personas, tuviera en sus manos el secreto más valioso de Penélope lo enfurecía. Eloise, con la misma rapidez, se levantó de su asiento, claramente alterada.

Romacing Lady DeblingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora