Capítulo 19: Recuerdos y sentimientos

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En algún momento antes de la partida de Sam, luego de una conversación sobre Lady Whistledown...

—Creo que, desde el principio, ambos sabíamos que esto no sería fácil —continuó—. Nuestra unión fue más por conveniencia que por un vínculo real. Yo lo acepté, como estoy seguro de que tú también lo hiciste, pero eso no significa que no pueda haber algo más. Algo más profundo entre nosotros.

Las palabras de Sam la tomaron por sorpresa. Nunca había considerado la posibilidad de que él también estuviera abierto a algo más allá del acuerdo tácito de su matrimonio. Se había convencido de que su corazón seguiría dividido, una parte para su deber como esposa, y la otra, para siempre entregada a Colin Bridgerton, su amor imposible. Pero ahora, frente a Sam, empezaba a cuestionar si era capaz de cambiar.

—¿Algo más? —repitió, con un hilo de voz.

Sam asintió, sus ojos ahora más intensos, buscándola como si intentara leer cada pensamiento oculto en su expresión.

—No te estoy pidiendo que lo decidas ahora mismo. Ni siquiera sé si yo mismo puedo pedirlo. Pero creo que, con el tiempo, si ambos estamos dispuestos, podríamos encontrar algo genuino. Algo que no dependa de la sociedad, ni de las expectativas de los demás —hizo una pausa, sin soltar sus manos—. Tal vez incluso algo parecido al amor.

El corazón de Penélope latió con fuerza al escuchar esa palabra. Amor. Esa palabra que siempre había sido para Colin, para sus fantasías juveniles, para ese ideal inalcanzable. ¿Podía realmente permitir que surgiera un sentimiento así entre ella y Sam? ¿Era capaz de dejar ir completamente a Colin y abrir su corazón a su esposo, a alguien que, hasta ese momento, había considerado más como una formalidad que como un compañero?

Se mordió el labio, dudando.

—Sam, no sé si puedo... —empezó a decir, pero él la interrumpió suavemente.

—No te estoy pidiendo que lo sepas ahora. Ni siquiera yo tengo todas las respuestas. Solo quiero que sepas que estoy aquí, dispuesto a intentarlo. A ser más que lo que este matrimonio empezó siendo.

El silencio que siguió estuvo lleno de tensión, pero no de incomodidad. Había algo profundo que ambos compartían en ese momento: una vulnerabilidad que, por primera vez, los conectaba más allá de las apariencias y las expectativas de la sociedad.

Penélope, con el corazón aún dividido, se permitió imaginar por un momento cómo sería dejar atrás a Colin y ver a Sam como algo más que su esposo por obligación. Era un pensamiento aterrador, pero también liberador.

Finalmente, levantó la mirada para encontrarse con los ojos de Sam.

—Estoy lista para intentarlo.

La respuesta de Penélope pareció iluminar el rostro de Sam, quien la miró como si acabara de darle algo precioso, algo que había estado esperando desde hacía tiempo. Ella sintió cómo la tensión que había mantenido sujeta durante tanto tiempo comenzaba a disiparse.

—Gracias, Penélope —murmuró Sam, acercándose un poco más. Con una ternura inesperada, llevó una mano a su rostro, acariciando su mejilla con el pulgar, como si la estuviera descubriendo por primera vez.

—Quizá... quizá esto sea una locura —susurró Penélope, su voz apenas un aliento—, pero quiero dejar de lado mis miedos, quiero darte una oportunidad a ti... y a nosotros.

Sam la miró intensamente, y el leve temblor en sus manos le decía a Penélope que él estaba tan emocionado como ella, tan asustado, pero también esperanzado. Poco a poco, sus labios se acercaron y se fundieron en un beso muy distinto al que habían compartido frente al altar; podía sentir un pequeño calor crecer desde lo profundo de su cuerpo, un leve cosquilleo que la tomó desprevenida mientras recibía el beso.

Romacing Lady DeblingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora