capitulo cinco

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{ busco algún pretexto para acercarme a tu lado.

Si me sale bien tal vez parezca accidental.

Por fin usaré todo el coraje que e guardado, para confesarte lo que no he podido hablar}

[Acuérdate de mi ~morat]

Habia algo en ella...

En esos ojos grises...

23 de septiembre 2023

—hola may may.

Mayte se tenso ante esa voz tan familiar, tan aterradora.
Su respiración se empezó a agitar rápidamente.

—no te asustes, may may, nadie te hará nada...

Francesco se acercó a ella quitándole la sabana de ensima.

—alejate...

—oh, no. No pequeña, te dije que te extrañé, no me pidas que me aleje.

—no...

—shhh— la callo acercándose aún más a ella. — esto te va a gustar...

— ¡NO!

Mayte abrió los ojos y se sentó en la cama ante su propio grito. Su pecho subía y bajaba, estaba temblando.

Odiaba que sus pesadillas estuvieran llenas de él.
Odiaba lo que le había hecho .
Lo odiaba a el.

Se levantó y fue a la cocina por un vaso de agua para calmar sus nervios.
Se puso los lentes y miro la hora en su teléfono.

Apenas eran las 11:27

Solo había dormido una hora.
Miró por la ventana de la cocina. Estaba lloviendo muy fuerte.

— maldición.

Maldijo para si misma.
Miró la soledad de la casa.
Le gustaba estar ahí, era una casa que le había dejado su papá. Pero la casa era relativamente grande para estar solo ella.
Tenía una sala de estar bastante amplia, la cocina con una isla de mármol en el medio, dos habitaciones con grandes ventanales.
Su padre la compro justo para ella. Para cuándo se casara.

Un golpe en seco la saco de sus pensamientos.
Giro la cabeza inmediatamente hacia la entrada, de dónde vino el golpe.

Otro golpe la alarmó lo suficiente para buscar la revolver en el cajón de la isla.

No la juzguen, ella era muy paranoica.

Le quitó el seguro y se fue acercando hacia la entrada.

Lentamente giro la perilla de  la puerta.
La abrió por completo con el corazón a mil y lista para disparar a quien fuera una amenaza.

Pero su corazón se estrujó al ver a matteo en el piso, apoyado en sus rodillas y con un moreton en la mejilla derecha, y una herida en una ceja de la cual bajaba un camino de sangre oscura.

Mayte le puso el seguro a el arma y la puso en la mesa de adentro. Corrió hacia matteo para ayudarlo.

— eh... Mayte...— matteo susurro con dificultad— estás aquí...

— tu estás aquí, matt.— ella sonrió a pesar de la situación. — ayúdame a ponerte de pie
Mayte suspiro nerviosa.

Okey, lo haría.
Solo para ayudar a matt.
Será solo un segundo que tendrá que tener su cara, y sus labios tan cerca...

Mayte paso su brazo por los hombros de matteo, lo ayudo a ponerse de pie para guiarlo adentro, hacia la primera habitación.

Lo acostó en la cama con dificultad y se separó de él rápidamente.

casi todo [ Completa ✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora