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Un lugar olvidado por el tiempo, donde la tecnología no existe, donde los poderes no son reconocidos. Solo un pueblo escondido en las montañas, donde la supervivencia es el único objetivo. Los peligros acechan en cada esquina. Ladrones y estafadores merodeando en los caminos, buscando víctimas inocentes.

Un pueblo en armonía con la naturaleza, trabajando desde el amanecer hasta el anochecer en los campos. Cultivando la tierra, recolectando frutas y verduras en los bosques cercanos.

La vida es dura, pero simple y auténtica. No hay luces eléctricas, solo la luz del sol y el calor de una vela.

No hay máquinas, solo herramientas de mano y la propia fuerza. No hay comunicación con el exterior, solo rumores de vándalos y leyendas antiguas, llenas de reglas y órdenes que trayen paz a la comunidad.

Una vida cotidiana para los habitantes del pueblo, pero en uno de esos dias..

Ocurrio lo inesperado.

El cielo amaneció cubierto de nubes negras.

El bosque estaba inmerso en un silencio expectante, como si los árboles mismos estuvieran conteniendo la respiración en anticipación de la tormenta que se avecinaba.

Las hojas susurraban suavemente con el viento ligero, mientras que las ramas se balanceaban, como si estuvieran bailando al ritmo de la lluvia que se aproxima.

Los árboles mismos parecían estar preparándose para la ocasión. Las hojas se cerraron, mientras que las ramas se estiran hacia abajo, como si estuvieran extendiendo sus brazos para recibirla.

Una gran gota cayó del cielo, golpeando la hoja de un árbol con un suave golpe. Luego, otra gota, y otra, hasta que la lluvia comenzó a caer en grandes cantidades, cubriendo el bosque en una manta de agua.

El bosque se estremeció, mientras que los animales se refugiaban, asustados, esperando impacientes a que pasara la tormenta.

pero ellos no.

___ah, Espera..____

____ No___

El bosque estaba envuelto en una atmósfera de tensión. La tormenta se intensificó. Los truenos retumbaban en el cielo, como si los dioses mismos estuvieran golpeando el tambor de la naturaleza.

El sonido era tan fuerte que parecía sacudir los árboles, haciendo que sus raíces se estiraran hacia abajo en busca de estabilidad.

La lluvia caía en grandes cantidades, formando un correntón que fluía por el suelo del bosque. El agua corría por las pendientes, creando pequeñas cascadas que se unían a los arroyos, formando un pequeño río que fluía hacia abajo.

Y en medio de todo ese caos, un grito jadeante se escuchó en el bosque.

Un jadeo. Un gemido. Era el sonido de una mujer. Una mujer que parecía estar herida. Cortos y agobiantes en medio de todo el caos, pero también, se asemejaba a un gemido, como si estuviera tratando de ocultar su placer.

___ shad....ah..espera___

___ Aguanta ___

Los truenos retumbaban de nuevo, haciendo que los gemidos parecieran aún con más desesperacion. Caía con tanta fuerza que parecía cubrir todo, incluyendo el sonido de las gotas. Pero ella seguía gritando, una, más fuerte que otra.

Agarrándola fuertemente, la jalo de la pierna subiendo la altura de su rostro. La rama que la sostenía empezaba a moverse de un lado a otro por la fuerza ejercida. Pero no le importaba.

Un erizo Negro con vetas rojas, actitud un tanto fría para la mayoría de las personas. Con sus ojos rojos como la sangre que hierve en su interior. Rojos y oscuros, como dos huecos vacíos que parecían absorber la luz a su alrededor de la tormenta, alimentando el tono de su color.

INSTINTO ANIMAL Donde viven las historias. Descúbrelo ahora