___Sonic?___
El erizo se quedó estático como una piedra. Deteniendo todo a su alrededor, incluso sentía que su corazón se detuvo por un momento al escuchar esa voz. Al escuchar decir su nombre. Sonaba tan cerca que parecía estar justo detrás de él.
Su cuerpo entero se tensó, sus músculos se volvieron rígidos de forma rápida, mientras su cerebro trataba de procesar lo que estaba sucediendo. El silencio que siguió fue opresivo, como si el tiempo se hubiera detenido a su alrededor.
__Sonic..___
Hay va de nuevo, dejándolo sin aire . Un escalofrío seco recorrió su espalda al sentir la proximidad de la voz, la calidez que contenía en ella y la urgencia que exigia su llamado. Su respiración se volvió agitada, y su corazón comenzó a latir con fuerza, confundido, asustado.
Sin pensarlo mucho tiempo, se giró lentamente, su mirada escaneando el entorno con cuidado, intentando controlarse, preguntandosebpor dentro si había tenido una caída, un desmayó. Pero antes de girarse por completo, se detuvo.
___No es posible..___
Ella ya no estaba viva. No existía. Solo tenía su recuerdo, si cariño. Agito la cabeza con fuerza, cerrando los ojos. Su mente comenzó a preguntarse si estaba empezando a enloquecer, si la voz era solo una ilusión. Y aunque la sensación de su presencia persistía, trato de olvidarlo.
Tenían que alejarse de ese lugar, su mente se estaba convirtiendo en un torbellino de confusión y dolor. No podía entender por qué escuchaba su voz. La rosada ya no estaba con vida, y eso significaba que estaba perdiendo la cordura.
Ella ya no estaba.
El erizo estaba listo para marcharse, molesto consigo mismo, listo para enfrentar la realizada y aceptarla como debía ser en un principio. No podía perder la cordura y mucho menos, dejar que su alma vague por sus pensamientos, trayendo consigo, el mayor dolor de su vida.
Se giró casi con brusquedad, apretando las palmas de sus manos, y al hacerlo, todo su mundo, todo lo que se movía a su alrededor, se detuvo por un instante.
Frente a él, con una sonrisa débil y ojos tristes, estaba la rosada.
Su mente se quedó en blanco de repente. No podía procesar lo que veían sus ojos. La persona que había perdido, la persona que ya no estaba con vida, estaba allí, parado frente a él, sonriendo.
Las ganas de llorar no se dieron a esperar. El erizo sintió un torrente de emociones que explotaron en gotas de lágrimas, mientras apretaba sus dientes negando débilmente la cabeza.
Queriendo tocarla, abrazarla. Queriendo asegurarse de que era real. Pero no podía. No sabía si estaba soñando, pero la certeza de que se estaba volviendo loco, era la más segura. O quizás era algo más.
La incertidumbre se presentó de forma momentánea. Pensó que era un producto de su imaginación, debilitado por la pena que lo había mantenido sin dormir ni comer demasiado. No estaba asustado en lo absoluto, incluso sentia que quizás su espíritu había vuelto para despedirse, y eso no lo desaprovecharía.
La vio agrandar su sonrisa, observandolo en silencio, incluso él mismo sonrió ligeramente, sintiendo el nudo en su garganta, y una corta felicidad.
No importaba nada en esos instantes. Lo único que importaba era que estaba frente a él, haciéndolo sentirse vivo de nuevo, aunque sea por un momento.
___Perdóname..___ diijo al verla acercarse, sabiendo que no era ella en vida, pero aún así estaba dispuesto a pedirle disculpas para que pudiera estar en paz ___Te busqué demasiado__ hablo, con voz cargada de remordimiento, apretando los dientes, tratando de controlar el dolor.