Capitulo 54: Clessidra

3.2K 193 20
                                    

54. Reloj de arena.

Alesha

2 meses después

El tiempo puede pasar muy rápido y a la vez, demasiado lento.

Como un reloj de arena.

Las pérdidas a veces nos dan motivos para avanzar. Y yo, especialmente, no quería vivir en retroceso.

A veces, uno siente que no puede más, sin embargo, son esos momentos en los que te das cuenta que no sólo puedes…

También logras sobrevivir y comienzas a vivir, sin pausas.

Hay personas que luchan constantemente con sus demonios, pero, no siempre ganan.

Es un pensamiento triste y sobre todo, realista.

Cada vez que recordaba como la vida se iba en un chispazo, quería vivir mucho más.

El extrañar a una persona a la que ya no podrás ver, era un dolor inexplicable.

Los pensamientos intrusivos me abordaban, pero había comenzado terapia y me sentía mucho mejor.

Extrañaba a mi hermano y me hubiera gustado tener a ese bebé en mis brazos. Pero, uno nunca sabía lo que depararía el destino.

Y ahora, realmente deseaba que el perder a alguien no fuese una lección. Nadie se merecía ser castigado de esa manera.

Nadie debería sufrir eso.

Algún día sonreiría cuando mencionaran mis pérdidas porque recordaría cada momento con cariño.

—Ten cuidado—dijo mientras le agarraba la mano y me ayudaba a subir.

Estábamos en Venecia, visitando a su familia por su cumpleaños. Ya llevábamos casi una semana aquí.

Ambos nos sentamos en una góndola veneciana. A mi novio le pereció bien pasear de noche.

Un hombre comenzó a mover el bote y levanté la vista.

Vaya…

Habían luces pequeñas flotando en el agua.

—Son hermosos, pero, ¿a qué se debe todo esto?

Él suspiró.

—¿Recuerdas esa vez en Las Vegas?

Enarqué una ceja.

«¿Cómo podría olvidarlo?»

—No, ¿de qué estás hablando?—me hice la desentendida.

Sonrió mientras avanzábamos por “El Gran Canal”.

—Todo estaba mal en mi vida, me sentía perdido y luego, decidí intentar ser otro—corrió un mechón de cabello de mi cara—. Me vino perfecto el baile de máscaras.

Fruncí el ceño.

—¿Qué estás diciendo?¿Tú lo organizaste?

—Pensé que lo sabías, pero ya veo que no. No sabía a quien había invitado mi asistente…—hizo una pausa— No sabía que invitó a una loca a la que le parecería bien ponerse en el medio de la calle, pero aproveché eso.

—¿Qué cosa?

—Fui considerado cuando vi a esa mujer, avancé casi atropellándola, pero me detuve.

—¡¿Qué?!

Él me miró como si fuera gracioso. No lo era, ¿qué le pasa a este hombre?

—Que el casi atropello fue a propósito.

Venenosa Adicción [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora