Capitulo 49: Conseguenze

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49. Consecuencias.

Emiliano

Guardé el arma en mi pantalón, sobre mi espalda. La policía no tardaría en llegar y probablemente señalar a los culpables.

Uno yacía muerto, con un disparo en la cabeza.

El otro…

Yo.

Posiblemente tendría que aclarar algunas cuentas con las autoridades. No importaba, Isabella era un peligro para Alesha y si me ponían a elegir.

Alesha estaba por encima de todos. Incluso de mi.

Giulio fue rápido hacía su hija. Aislynn también. Intentaron levantarla del suelo, pero impuso fuerza sosteniendo la cabeza de su amigo.

—¡No!¡Basta!

Tragué grueso y me acerqué despacio, evité el cuerpo de la que se suponía era mi progenitora y toqué el hombro de Alesha.

Ella giró su rostro hacía mi. El miedo que tuve en perderla fue como una bomba a punto de estallar.

No tenía tiempo. Hice lo que se debía y no me arrepentía.

—¿Por qué no respira, Em?

Observé el cuerpo inerte de Ángelo. Me agaché a su lado y toqué el punto de pulso.

La miré, luego opté por mirar nuevamente el cuerpo de su amigo.

Estaba muerto.

Murió protegiéndola.

Y eso era…

Dios, si no fuese porque se interpuso…

Tragué el nudo en mi garganta. La tomé de los hombros, obligándola a mirarme.

Ella seguía llorando. Negué con la cabeza.

—Se fue.

Sollozó y la abracé, ella se aferró a mi cuerpo como yo al suyo.

Luego, llegó la policía, las ambulancias.

Se estaban llevando ambos cuerpos, Alesha seguía abrazada a mi cuando uno de los policías se acercó.

Los policías se acercaron a pedir nuestra declaración. Alesha contó el principio, luego, no dijo nada.

No contó la parte en que le disparé a mi madre biológica.

El hombre comenzó:

—¿Quién…

—Fui yo—lo interrumpí—. Yo le disparé a esa mujer.

Enarcó una ceja y comenzó a sacar unas esposas.

—Ahórreselo, puedo ir sólo.

—¡No!—habló Alesha, aún hipeando— Él no lo hizo a propósito, no lo puede detener.

—Sé como hacer mi trabajo, señorita.

Eso la enfureció, se quitó las lágrimas con rabia.

Me giré hacía ella.

—Está bien…

—¡No!¡Nada está bien!—sus ojos volvían a cubrirse de lágrimas— Le he dicho que no lo haz hecho a propósito, no sé quien se cree.

La tomé de los hombros.

—Esto es dificil para ti, déjame ir con el señor, yo le explicaré como fueron las cosas.

El hombre se acercó abriendo las esposas, me las colocó e hice una mueca.

Ella le pegó un manotazo al hombre. Abrí los ojos como plato.

Venenosa Adicción [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora