Capitulo 43: Nuovo inizio?

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43. ¿Un nuevo comienzo?

Alesha

Después de mi confesión abrupta, Emiliano me había devuelto a casa. No era que esperaba que él también lo dijera. Habían quedado claros sus sentimientos.

Todavía no podía creer que la galería ahora me pertenecía. Hablé con el arquitecto que estaría a cargo, pero me llevé la sorpresa que Emiliano ya habló con él antes. Comenzarían con la demolición en una semana y, si todo salía bien, en un año podría estar inaugurando mi primera galería de arte.

Debía darle el crédito a Emiliano, logró lo que yo no pude, convencer a los dueños de que vendieran. Estaba sorprendida, pensé en devolverle el dinero, pero él no lo aceptaría, además de que tenía el dinero suficiente para comprarse mil galerías más.

Mis sentimientos por él incrementaron, si es que se podía. Amarlo sería una condena, pero estaba dispuesta a recibir cadena perpetua.

Sabía que perdonarlo significaría olvidar el porque se acercó a mi desde un principio y estaba dispuesta a hacerlo, quería darnos está oportunidad.

La decisión ya estaba tomada, sólo esperaba no equivocarme otra vez.

Me miré por última vez en el espejo y me coloqué el accesorio faltante, sonreí sin remedio.

Los nervios se apoderaron de mi.

§

Era la última semana en la empresa, luego me tomaría mis vacaciones en serio.

Estaba revisando papeleo cuando la puerta se abrió de la nada. Di una exhalación, pegando mi mano a mi pecho.

Claro, ¿quién más daría una entrada así?

—Estaba pensando que para…—se cortó cuando me vio.

Más bien, sus ojos se posaron en lo que adornaba mi cuello. Viré los ojos.

—¿Pensando?¿Tú?

Me levanté, alisando mi falda. Él se acercó.

—Aunque te parezca extraño, puedo pensar en otras cosas que no sean tú.

—¿Sí?

Dio vuelta el escritorio, quedando frente a mi.

—No.

Solté una risita mientras él quitaba todo espacio entre nosotros. Tragué duro.

—¿No?

Negó con la cabeza.

—No pienso en otra cosa que no seas tú, stella marina.

Sonreí socarrona y observé que llevaba el reloj que le había obsequiado.

—Creo que deberíamos dejar algunos puntos claros.

—¿Cuáles?

—No quiero mentiras—miré sus ojos—. Si vamos a hacer esto, hay que hacerlo bien.

Asintió.

—Prometo no volver a mentirte. Todo el tiempo que no estuvimos juntos fue una agonía, espero no volver a pasar lo mismo—acarició mi barbilla— ¿Tú lo prometes?

Tragué saliva y asentí despacio.

—Lo hago.

Observé su camisa, no podía mirarlo a los ojos. Llevó su mano a mi cuello y tocó el dije de estrella de mar.

—Te compraré más. Llenaré tu joyero.

Sonreí.

—Prefiero que me llenes a mi.

Venenosa Adicción [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora