Capitulo 27:La mia unica priorità

10.1K 574 28
                                    

27. Mi única prioridad.

Emiliano

No quería seguir con mi estúpido plan. No quería dañarla, maldita sea.

La había escuchado sollozar a través de la puerta y fue como si un cuchillo me cortara muy lentamente la piel. Yo no sabía que había causado sus lágrimas, pero no quería ser el causante de que derramase más.

Mandaría todo al carajo si era necesario para que no sufriera. No quiso abrirme la puerta y sus vecinos me miraban raro.

Estaba sentado contra la pared al lado de su puerta. Habían pasado unas horas y no había escuchado ningún ruido del otro lado. Respetaría su decisión de no querer verme, pero no me iría. Me quedaré aquí, hasta que quiera verme o al menos me asegurase que estaba bien.

De un momento a otro, la puerta se abre. Dejándome ver a una Alesha muy distinta a la de las otras veces, ésta tenía la mirada completamente vacía, sin brillo.

Me levanté con todas mis articulaciones adoloridas por estar en la misma posición durante tanto tiempo.

Temí a la idea de que se hubiera enterado de todo.

—Llamaron de recepción diciendo que había un loco al lado de mi puerta—La abrió más, permitiéndome el paso—. Supuse que se trataba de ti.

Pasé y me giré a verla, mientras cerraba la puerta.

Señaló el sillón, invitándome a sentarme. Me senté pero ella se quedó parada mirándome.

—Sé que soy guapo, pero deja de mirarme, me desgastas de tanto hacerlo.

No sonrió y opté por disimular la decepción que eso me causó.

—¿Por qué?

—¿Por qué?—Repetí, sin comprender.

Bajó los ojos y volvió a subirlos, mirando a los míos.

—¿Por qué te quedaste?

Me encogí de hombros.

—Lo que te causa dolor a ti, también a mí.

Pareció confundida.

—No debería, ¿por qué?

No despegué mis ojos de los suyos.

—Sabes bien el porque.

—No, no sé.

—Porque te quiero, Alesha. Si no te quisiera como lo hago, no estaría aquí.

Era cierto, la quería. Decirlo fue como una carga siendo liberada.

Ésta mujer. Una víbora maldita. Me acabó mordiendo y yo terminé bebiendo de su veneno como un adicto.

Pestañeó repetidamente.

—Yo también, Em.

Me levanté para sostenerla de la cintura y observar de cerca esos ojos verdes que me aprisionan.

Levanté su barbilla.

—¿Tú también qué?

Quería que lo dijera.

—Te quiero. Mucho—Me dio una sonrisa triste—. Y el que lo hagas y quieras a una persona como yo, dice mucho.

—¿Cómo tú?—Inquirí, obsequiándole una pequeña sonrisa— ¿Hablas de lo hermosa, talentosa y perfecta que eres?

Negó con la cabeza, mirando hacía otro lado.

—Yo no soy perfecta, no soy hermosa para nada—Una lágrima corrió por su mejilla—. Sólo soy un maldito error, yo no merezco nada... No merezco a mis padres, no te merezco a ti, no merezco vivir.

Venenosa Adicción [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora