Capitulo 19: La fine del gioco?

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19. ¿El final del juego?

Alesha

Era un jueves por la mañana y yo me estaba adentrando a mi lugar de trabajo. Acepté el café que me tendió Jeanne, agradeciéndole.

Entré a mi oficina y no me sorprendió encontrar a Emiliano allí. Lo que sí hizo que frunciera el ceño fue que se encontraba frente a mí silla, escondiendo algo detrás de él.

Dejé el café en el escritorio, cruzándome de brazos.

—¿Me dirás porque faltaste casi toda la semana?

Oh, porque había echo esa mierda.

Él me observó impasible, con una frialdad que no había usado conmigo hacía tiempo.

Fruncí el ceño, dándole vuelta al escritorio y llegando hasta él.

—No me molestó que faltaras, sólo hubiera querido saberlo—Casi me reí.

«Bueno, tal vez si me molestó porque extrañé tu estúpida presencia» Fue estúpido llegar cada día y preguntar por él.

Lo extrañé, sí. Y no sabía porque.

Intenté llegar a sus labios pero se apartó.

—¿Dirás algo?—Me enfadó su actitud.

Él me observaba con su típica máscara dura, la que usaba con todos pero no conmigo.

—Quiero terminar con el trato.

Mi cara se desencajó. Creí oír mal. ¿Qué dijo?

—¿Perdón?—Escupió mi cerebro tonto.

Caminó alrededor del escritorio posicionándose frente a mí.

—Oíste bien, Vanelli—Soltó mi apellido como si quemara—. Quiero terminar con esta farsa.

«No era una farsa. No del todo»

No dije eso, en cambio solté:

—¿Por qué?

Se rió, pero fue una risa llena de ironía.

—Tú sabes bien porque.

—No, no sé—Me crucé de brazos, intentando no abofetearlo—. Pero, por favor, ilumíname, Paccione.

—Te estás enamorando de mí.

«No lo sé»

—No—Dije en su lugar—. No podría enamorarme de ti amando a otro. Y mucho menos sabiendo todo lo que implicaría quererte.

«Eres una maldita mentirosa, Alesha» me delató mi cerebro.

Sus ojos reflejaron confusión y fue como si lo hubiera lastimado pero se recuperó, adaptando nuevamente su máscara de imposibilidad.

—Sé notar la ilusión, Vanelli. Tus ojos brillaban cada vez que me enfocabas.

Lo miré como si fuera estúpido.

—O quizás, soy igual o peor mentirosa que tú.

Sonrió sarcásticamente.

—Quizá—Habló luego de un rato—. Te felicito, Vanelli. Eres una actriz excelente.

Tragué el nudo que se había formado en mi garganta disimuladamente.

—Gracias—Me burlé.

No dijo más, sólo me observó con esos ojos azules que me hacían perder el juicio cada vez que me veían.

Venenosa Adicción [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora