Capitulo 28: Traditore

11.4K 555 14
                                    

28. Traidor.

Alesha

Sus brazos me rodeaban, mientras dibujaba patrones dispares en mi espalda. Acaricié su torso desnudo con la punta de mis dedos, queriendo asegurarme que no era un sueño.

Que él estaba aquí. Conmigo.

Cuando me propuso quedarme en su casa mi respuesta fue un simple “no”. Y no era que no podía quedarme en la mansión de mi familia, pero no quería responder a sus preguntas.

No podía.

El departamento ya no era seguro y los guardaespaldas podían ubicarse aquí y no en un simple coche afuera del edificio donde vivía.

Él insistió en que no sería una carga, sino más bien un privilegio el que viviera con él. Sus palabras, no las mías.

Accedí por el simple hecho de que me sentía más segura a su lado. Como si los problemas no me rebasaran, como si pudiera con todo.

Y realmente quería poder con todo, sin embargo, el peso que tenía bajo los hombros no me lo quitaría.

No quería a ese hombre cerca de mí, o de mi familia. Los errores del pasado creaban estragos en mi presente.

Tenía que encerrarlo, buscar una forma de deshacerme de él. No quería meter a Emiliano en todo esto, no quise que supiera sobre mi pasado.

Pero cuando sentí sus brazos rodeándome, dándome la fuerza que necesitaba… lo supe.

No tenía escapatoria.

No de él.

Apenas llevábamos cinco meses en esta estrepitosa relación. No sabía que depararía el futuro, o que conllevaba el quererlo de la forma en que lo hacía.

No habíamos estado juntos el tiempo suficiente y a pesar de eso, se sentía como si pudiera estar con él por lo que me queda de vida.

Ya sea mucho, o poco.

Quería conocer cada faceta suya, enamorarme de cada imperfección.

«Como si las tuviera»

Lo que había comenzado como un simple juego, una estrategia se convirtió en una realidad.

Un presente.

Podría decir que un futuro.

No sabía si Emiliano lo veía de la misma forma en la que yo lo hacía, pero sabía que me quería.

Lo sentí. Lo vi.

Al contarle sobre eso, sobre lo que había pasado con ese hombre… lo volví a sentir, el miedo me quería acabar, pero también se liberó una parte de mi.

El poder hablarlo y que no me haya juzgado fue como si mi corazón se volviera a unir. Como si no importara cuanto me hayan lastimado…

Solo eran cicatrices que sanarían con el tiempo.

—¿En que piensas?

Su voz ronca me sacó de mis cavilaciones. Levanté la mirada encontrándome con ese azul capaz de hacerme olvidar el mundo a mi alrededor.

—En que te quiero.

—Oh, lo sé. ¿Cómo podrías no quererme? Si soy perfecto.

Le di un golpecito en el pecho.

—Sí, claro.

—¿Eso fue sarcasmo, acaso?

Me encogí de hombros entre sus brazos.

Venenosa Adicción [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora