Venenosa Adicción [+18]

Capitulo 25: Il piano è ancora in corso, giusto?

25. El plan sigue en curso, ¿cierto?

Emiliano

La ayudé a bajar del jet, sosteniendo su mano. Me sonrió en compensación, pero su sonrisa se borró al mirar al frente.

Dirigí mi mirada hacia donde ella estaba mirando y maldije internamente. Solté la mano de Alesha instintivamente.

Serene se acercaba a pasos agigantados, su cabello rubio balanceándose. Llevaba puesto unos pantalones y una blusa color celeste.

Sus brazos rodearon mi cuello y mis manos fueron directamente a su cintura, estrechándola contra mi.

—Te extrañé.

Sonreí contra su cabeza.

—Yo igual.

Se separó de mi cuando un carraspeo femenino sonó. Sus ojos azules oscuros le echaron una mirada a Alesha, inspeccionándola.

—¿Eres?

La cara de Alesha se mantenía inflexible, observando fijamente a Serene.

—Una amiga del cabezota—Dijo ésta, señalándome con su cabeza.

Lo hacía a propósito, para probarla. Alesha solo asintió y mostrando una pequeña sonrisa sin mostrar sus dientes.

—¿Ese es tu nombre?

Lo dijo en un tono burlón y yo simplemente me dediqué a detallarla.

Era como si no pudiera apartar mis ojos de su persona, como si un imán me atrajera siempre a ella.

Sabia que Serene estaba aquí por algo.

—Me llamo Serene, ¿tú eres?

Alesha solo me dio una mirada de soslayo.

—Alesha Vanelli.

Y pensar que ese puto apellido pudo ser el mío.

Serene le sonrió falsamente y yo evité el decirle que se vaya a la mierda. No podía estar haciendo una cosa como esta. Simplemente no.

Alesha también le sonrió de la misma forma e intenté tomar su mano pero se apartó como si quemara.

Mi irritación creció gracias a la forma peculiar de Serene al molestar a Alesha.

Se echó el cabello hacia su espalda.

—Mándame mis cosas a mi casa.

Y sin decir más, caminó hasta una camioneta negra y se subió.

Volví mi mirada hacía Serene, la cual mantenía calma en su rostro.

—¿Qué estás haciendo aquí?

Se encogió de hombros, pareciendo desinteresada.

—Dado que tú no estás en condiciones de seguir con el plan, continuaré yo.

Fruncí el ceño.

—¿De qué coño hablas?

—Te estás confundiendo, ella lo está haciendo— Me dio un golpecito en la sien y quité su mano, mirándola con fijeza—. ¿Piensas realmente que es tan tonta?

Negué con la cabeza.

—No lo es, pero no sabe lo que planeo hacer. El que te presentes aquí, así…

—Adelanta las cosas.

—Las retrasa.

—Por supuesto, retrasa el que quieras pasar tiempo con ella hasta darle la estocada final que destruiría a su familia.