Debajo del Roble ~ Libro 07 [Temporada dos]

Capítulo 07 ~ Visitas inesperadas

Acariciándose la poblada barba, Landon lanzó un suspiro resignado.

— Si ése es tu deseo, no puedo hacer nada. Puedes volver a tus aposentos con tus borradores. Encontraré a otro novicio que ocupe tu lugar.

Los ojos de Maxi se agrandaron.

— ¿Me estás... sacando d-de la competencia?

— ¿Qué otra opción tengo? Dado que no tienes intención de presentar esa runa, tendré que buscar otro candidato.

— P-Puedo trabajar en una nueva...

— Ahora estás siendo egoísta — dijo Landon, frunciendo sus desgreñadas cejas —. No puedo permitir que una presentación concebida precipitadamente arruine la reputación de Nome Hall. O presentas tu runa de golem o te retiras.

Maxi se mordió el labio. Cuando pensó en todas las noches en vela que había invertido con la esperanza de ser seleccionada, el abatimiento que sintió fue indescriptible. ¿Por qué no se le había ocurrido asegurarse de que la runa elegida no fuera contraria a las doctrinas de la Iglesia? Le ardían los ojos de lágrimas. Aun asi, sabia que el Maestro Landon tenia razon. No debia ser testaruda al respecto.

Ella bajó la cabeza.

— Me... retiraré de la competición.

*****

Un novicio llamado Armin Dolph fue elegido para presentarse en lugar de Maxi. El muchacho, de veinticinco años, era bastante alto y de aspecto llamativo para ser un mago de la tribu Umri. Era conocido entre los novicios por sus habilidades y por ser un hombre de pocas palabras.

Maxi había captado su mirada desconcertada cuando Landon le había hecho la petición. Medio segundo después, Armin había aprovechado la oportunidad con su característica expresión adusta. Maxi dejó escapar un amargo suspiro. Sólo podía culparse a sí misma. Después de todo, había sido su mal juicio el que la había puesto en aquella situación.

— ¿Qué demonios ha pasado? — dijo Anette, acercándose a Maxi. — ¿Has hecho algo para enfadar al señor Landon? — Avergonzada, Maxi se apresuró a inventar una excusa. — Había... un fallo grave en mi runa. El maestro Landon y yo lo discutimos largamente, y ambos decidimos que sería mejor que abandonara.

— Pero tu eres la mejor de todos nosotros con las runas. ¿Qué tenía de malo? Déjame echar un vistazo. Estoy segura de que no es insalvable.

— ¡N-No!

Sorprendida, Anette abrió los ojos de par en par.

Maxi se pasó la mano por el rostro demacrado, esforzándose por aparentar calma.

— El Maestro Landon ya le ha echado un buen vistazo por mí. Preferiría... no hablar más de ello.

Las mejillas de Anette temblaron antes de girarse. Aunque era obvio que estaba enfadada, a Maxi ya le costaba bastante controlar sus propias emociones como para tener que preocuparse por las de los demás.

Perdida en sus pensamientos, salió del taller común para dirigirse a su siguiente clase. Tenía la cabeza confusa. ¿Qué debía hacer ahora? Para obtener una runa elemental antes, había que conseguir un logro importante. La forma más segura para un novato era demostrar su talento en la competición de runas o duelos que se celebraba en Urd cada año. Maxi ya había perdido su oportunidad de ganar el concurso de runas, y ni siquiera soñaba con competir en combate. La magia ofensiva no era su fuerte, por no decir otra cosa.

Se mordió el labio. Costara lo que costara, tenía que encontrar la manera. Entró en la sala de la planta baja de Urd justo cuando Sidina bajaba las escaleras. La chica corrió hacia ella en cuanto la vio.