Moon Knight VI

Steven el burrito (STEVEN)

Prólogo: Steven llega mal del trabajo, y tú sabes exactamente qué hacer para subirle el ánimo.

Steven había tenido un mal día en el trabajo, ya lo habías notado por la forma en la que llegó sin ánimos y te saludó con solo un beso en la mejilla, y a pesar de que te ofreció una pequeña sonrisa, esta no parecía ser genuina.

El británico se encerró en el baño para darse una ducha, por lo que mientras tanto le hiciste algo para comer y dejaste una manta estirada en la cama.

Después de un rato, Steven salió del baño y colgó su toalla en el tendedero dentro del departamento.

–Mon cher, estírate en la cama.–Le dijiste acercándote a él con una sonrisa guiándolo a la habitación.

–Pero... ¿no vamos a cenar?–Te preguntó confundido.

–Sip... pero solo hazlo, confía en mi.–Le dijiste con una sonrisa.

Steven sonrió al verte a ti sonreír, y se estiró en tu lado de la cama donde lo guiaste.

–Okey... ¿y ahora qué—

Ni siquiera pudo terminar de hablar cuando lo comenzaste a empujar para hacerle dar vueltas enrollándolo en la manta mientras él comenzaba a reír confundido, y cuando finalmente estuvo listo, lo ayudaste a sentarse n su lado de la cama con la espalda apoyada atrás en una almohadas y todo su cuerpo atrapado en la manta.

–¡¿Querida qué es esto?!–Exclamó entre risas viendo hacia abajo su cuerpo atrapado, y luego a sus pies que era lo único que sobresalía donde los movió, provocando que riera aún más.

–¿Te sientes mejor?–Le preguntaste con una sonrisa sentándote a su lado y quitando unos cuantos rizos de su rostro.

Steven levantó la vista hacia ti con una gran sonrisa, muy distinta a la que tenía cuando llegó, y se te quedó viendo con un brillo en sus ojos.

–Mucho mejor, gracias mon amour...–Te dijo sintiendo cosquillas en su estómago.

Steven y tu podrían llevar juntos 10, 20, 30, 40 años juntos y siempre ibas a conseguir hacerle sentir como el día de su primera cita con esas mariposas en el estómago, su corazón latiendo con fuerza, manos sudando ligeramente por los nervios y sus mejillas coloradas y entumecidas de lo feliz que estaba y lo mucho que sonreía.

–¡Bien! Voy a traer tu comida entonces y mientras te la doy, tu me vas a contar como estuvo tu día, o podemos hablar de cualquier cosa que quieras en realidad.–Le dijiste con una sonrisa besando sus labios con rapidez, antes de ir hacia la cocina.

–¡Querida espera!–Dijo captando tu atención provocando que te acercaras a él ya que realmente no se podía mover.–Te amo...

–Yo también te amo, mon cher.–Respondiste sin dejar de sonreír, y te volviste a acercar para besarlo nuevamente.

Dejaste un beso en su frente y luego te fuiste hacia la cocina, mientras que Steven se quedó con una gran sonrisa, y bajó la vista hacia sus pies donde los comenzó a mover y le dio risa ya que era lo único que podía mover y ver fuera de la manta.

–Parezco un burrito...–Dijo en voz baja riendo antes de dejar caer la cabeza hacia atrás en las almohadas con una gran sonrisa y mejillas sonrojadas.