Capitulo 3

34 2 0
                                    

Una hora y media después, estaba tan oscuro que apenas podía ver el balón. Pero no me importaba.

Tampoco a Liam.

Nunca había practicado con alguien que fuese tan intenso como yo, y eso me hizo intentarlo aún más. Él incluso había establecido los ejercicios así que no importaba que fuera un mejor jugador. Todavía trabajaba tan duro como yo. Yo había hecho más vueltas que él, pero él había tenido que hacer tres. Y ambos hicimos tantos saltos que estaba bastante segura de que no sería capaz de
levantar mi cepillo de dientes en el momento en que llegara a casa. Incluso mis piernas temblaban, pero no estaba dispuesta a admitirlo. No con Liam tratándome como una verdadera atleta en vez de una bonita cabeza hueca o algo.

Lo miré mientras me acercaba para un pequeño uno a uno, me deslice por la izquierda y luego a la derecha, entonces tropecé. Estaba demasiado oscuro para ver. Grité cuando aterricé en la bola, el cuero me golpeó como una perforadora visceral.
Gemí y rodé sobre mi espalda, dejando que mis brazos cayeran a mis costados.

—Ay.

Liam se inclinó sobre mí. —¿Estás bien?

—Sí. —Luché para sentarme, no quería ser una cobarde, pero estaba tan cansada, todo lo que quería hacer era estirarme en la hierba.

—¿Necesitas una mano? —me tendió la mano, y por un momento dudé. ¿Intentaba hacer un movimiento?

—Vamos, torpe. Levanta tu trasero.

Sonreí y agarré la mano extendida de Graham y lo dejé levantarme. —Gracias.

—No hay problema —pasó el balón de sus manos a su pie—. ¿Lo dejamos por esta noche?

No quería, pero sabía que estaba demasiado oscuro. Y estaba totalmente derrotada. Suspiré. —Sí, creo que deberíamos.

—¿No estás cansada? —recogió otra pelota y me la lanzó.
—No mucho. —Mentí—. ¿Y tú? —Apoyé la pelota en mi cadera y caminamos hacia el cobertizo del equipo. Sólo nosotros. En la oscuridad. Sola. Con un chico. Me aclaré la garganta y lo mire, pero estaba rebotando el balón en sus rodillas con cada paso. Sacudí mi cabeza. Como si tuviera de que preocuparme con él. Era tan decidido como yo cuando se trataba de fútbol.

—No estoy cansado —dijo Liam. Todavía no me estaba mirando—. ¿Siempre te quedas hasta tarde? Nunca te he visto aquí antes.

—Realmente, es la primera vez. La entrenadora me dijo que estaba considerando trasladarme al universitario en dos semanas, así que decidí quedarme hasta tarde y hacer práctica adicional.

—¿De verdad? —cogió el balón y empezó a pasárselo de una mano a otra mientras caminaba—. Genial.

Sentí una oleada de orgullo en su tono. Lo entendió. —Sí, estaría feliz de estar en el equipo universitario. Voy a practicar todos los días hasta que ella escoja. —Hombre, me encantaría practicar con Liam de nuevo. Nunca había sido tan presionada como lo había estado esta noche, y me dio algunos buenos consejos. Unas sesiones más con él, y sería mejor que Sara. Bueno, al menos, tan buena como ella.

Nos acercamos al edificio, el pequeño foco iluminaba su rostro. Las sombras hacían ver sus pómulos prominentes y su mandíbula parecía ser realmente angulosa. Tipo fuerte. De repente me sentí intimidada y comprendí que de ninguna manera le pediría practicar de nuevo. Él estaba en el equipo de los chicos universitarios. Un millón de veces mejor que yo. De ninguna manera iba a ser tan tonta como para invitarme a sus sesiones de práctica.

—Así que, pues, gracias‖por‖esta‖noche.‖Fue... —¿Qué fue? ¿Impresionante? ¿Tan duro como el
infierno y la mejor noche de mi vida?—,‖...divertido.‖—Sí, ___ la estúpida.

—Sí, estuvo bien. Está bien tener un poco de competencia. Cogió el balón y me dio una mirada pensativa. Sin revisarme, ni planear algo, sólo normal. —¿Vendrás nuevamente aquí?

Lo miré, tratando de averiguar lo que estaba preguntando. —No me interpondré en tu camino.

Se rió suavemente. —Quiero decir, ¿quieres practicar otra vez? Me ayuda tener a alguien que me presione.

Oh, wow. ¿Quería practicar otra vez? ¿Conmigo? Casi grité de entusiasmo, y luego pensé en lo maníaca que era Sara alrededor de los chicos. No quería ser como ella, no quería hacer que de repente Liam empezara a pensar en mí como una chica, así que di un encogimiento de hombros casual.

—Sí, estaría bien.

Abrió la puerta y la sostuvo para mí. —¿A la misma hora, entonces?

—Perfecto para mí. —Me puse delante de él, y lancé el balón a la esquina.

Liam agregó el suyo al montón, y salimos. Cerró la puerta, y nos dirigimos al gimnasio.
Estábamos a medio camino del gimnasio cuando Liam habló. —Así que, ¿por qué no estás en Pop's? Pensé que ahí es donde van todos después de la escuela.

—No todos. —Pensé en Sara y Beth sin mí, y fruncí el ceño.

Él asintió. —Sí, ya sé lo que quieres decir. Los chicos del equipo van ahí para ver a las chicas. Yo prefiero jugar al fútbol.

—¿De verdad? —Mire fijamente su rostro para ver si se estaba burlando de mí. Parecía totalmente serio, y mi corazón se disparó—. ¡Así es cómo me siento! Mis amigas sólo van a pasar el rato con los chicos, y todos actúan como estúpidos. Así que prefiero estar por aquí.

Liam se rió de nuevo, un sonido bajo que recorrió mis huesos. —No pueden ser más estúpidos que mis compañeros de equipo. Es como si perdieran sus cerebros alrededor de una chica.

—¿Qué les pasa? —Fue un gran alivio hablar con alguien que pensaba igual que yo. Llegué primera a la puerta del gimnasio y la abrí.

Él la alcanzó por encima de mi cabeza y agarró el borde.

—¿Quién sabe? No puedo imaginarme escogiendo una chica por encima de los deportes.

—¡Sé lo que quieres decir! — Esquivé su brazo y cogí otra bocanada de su olor. Olía a chico, con un trasfondo de jabón o algo así. Me gustó. No es que me gustara...‖bien,‖bien,‖en‖cierto‖modo‖me‖gustó. ¿Y qué? Eso no quería decir que iba a convertirme en Sara. Lo apreciaba como atleta, y como a un chico que me trataba como a un igual. Eso era. Tomé otra rápida inhalada antes de que me moviera fuera del rango de olfateo—Escogería el fútbol por encima del panorama de Pop's cualquier día.

—Te escucho —dejó la puerta cerrada—. Así que, ¿adivino que eso significa que te veré mañana?

Saqué mi flequillo sudoroso de mi cara y le sonreí. —Oh, no lo sé. Estoy pensando en podría ir a Pop's en su lugar...

Se rió. —Sí, claro —saltó los cuatro pasos que conducen al vestuario de los chicos, entonces me saludó—. Nos veremos por ahí, ___. —Luego abrió la puerta de los vestuarios y desapareció.

Corrí hasta el fondo del pasillo, bailando con entusiasmo. No sólo tenía un compañero de entrenamiento, sino que él se sentía de la misma manera respecto a nuestros amigos y las citas.

Liam Payne era justo como yo.

Olvidando Pop's. Olvidando las citas. Con él, no tenía que preocuparme de ningún intimidante asunto sobre chicos/chicas. Podría incluso burlarme de eso y él no creería que era rara. Además, iba seriamente a mejorar mi fútbol si seguía practicando con él, y eso era lo que realmente importaba.

Iba a llamar a mi padre esta noche para decirle sobre mi oportunidad en el universitario, y que estaba dedicando tiempo extra para practicar.

Empujé con la cadera la puerta del vestuario y la abrí, sintiéndome verdaderamente feliz por primera vez en meses. 

The Boyfriend gameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora