Él empezó a caminar hacia los conos que había establecido, manteniendo su brazo alrededor de mis hombros. ¿Por qué estaba haciendo eso? ¿Había decidido de repente que yo le gustaba? Eso sería malo. No me gustaban loschicos así. Ni siquiera Liam, quién Sara y Beth pensaban que era tan sexy. ¿Era sexy? ¿Ellas tenían razón? Quiero decir, el definitivamente no‖ era‖ feo...‖¿pero sexy?
Dejó caer su brazo, y suspiré de alivio. Sí, alivio. Pero entonces puso sus manos en mis hombros y me giró para afrontarlo. Um, ¿hola? Contacto visual total. ¿Este era el momento? ¿Iba él a cambiar nuestra relación y obligarme a huir de él?—______.
Tragué con fuerza. —¿Qué?
—¿Qué tanto quieres entrar a el equipo universitario?—. ¿El equipo universitario? ¿De eso se trataba? Bien. ¿De eso quería que se tratara? Um. Sí.
—¿______?
—El equipo universitario es todo lo que quiero.
Él asintió con satisfacción, como si escuchara totalmente. Como si me entendiera. Como si hubiera dicho lo que él quería escuchar. —Puedes hacerlo. Sé que puedes.
Encontré su decidida mirada y sentí que toda la presión y la frustración se desprendían de mí.
—Sí, yo puedo.
Él sonrió abiertamente. —Entonces mejor pongámonos a trabajar, ¿eh?
—¿Me ayudarás?
—Por supuesto.
Por supuesto. Una sensación caliente se instaló en mi vientre. justin me comprendía. El fútbol era simplemente tan importante para él como lo era para mí. Éramos como un equipo. —Te lo deberé.
—No hay problema. —Él se giró y se dirigió hacia los conos—. Practicar contigo ayuda a mi juego, ¿sabes?
Por supuesto por eso era que él me estaba ayudando. Porque ayudaba a su juego. Tenía sentido. Así era como debería ser. ¿Ves? Estamos bien. Todavía éramos sólo nosotros, jugando fútbol.
Levanté mi barbilla, dándome cuenta de que no me sentía sacada de quicio o frustrada por el fútbol, gracias a Liam, y troté detrás de él. —Patearé tu trasero hoy. —Anuncié.
Me lanzó una amplia sonrisa mientras movía los conos. —Estás cayendo tan bajo, ____.
—¡Ni siquiera eso! —Choqué mi cadera contra la suya amistosamente—. Sin piedad.
Sus ojos brillaron hacia mí. —Sin piedad. —Estuvo de acuerdo. Luego me lanzó un balón—. Tienes que pasar todos los conos y luego patear un gol. Cronometrado, como de costumbre.
—Lo tengo. —Tomé mi balón y lo dirigí hacia mi extremo, ni siquiera molestándome porque él tuviera un trayecto más largo que el mío. Él era mejor que yo, y eso estaba bien. Eso no le molestaba a él y no me molestaba a mí.
Simplemente me daba motivación para patear su trasero para que pudiera acortar su trayecto.Dejé caer el balón. —¿Preparados?
—Listos.
—¡Ya!
Y entonces nos marchamos. La adrenalina surgió, mi mente se enfocó, ataqué hacia adelante, fingiendo que la entrenadora Young estaba mirándome y yo iba contra Lisa con mi equipo universitario ubicado en la línea. Alrededor de este cono, de ese, hasta el final, y ¡voilà! Golpeé ruidosamente mi balón en la esquina superior derecha de la malla, un completo medio segundo antes de que el balón de Liam lo hiciera. Era lo más cerca de vencerlo que había estado, y lancé hacia arriba mis brazos en victoria.
Me reí al ver la expresión descontenta en su rostro. —¿Qué puedo decir? Tú me inspiras. Corre una vuelta, amigo.
Él rió entre dientes y golpeó ligeramente la parte posterior de mi cabeza cuando corrió. —Voy a tener que dejar de tomarlo tan fácil contigo.
Me reí mientras lo veía salir corriendo. El había estado respirando con dificultad después de esa carrera. Lo había empujado, y lo había vencido legítimamente.
Mientras lo veía trotar alrededor del campo, sentí la tensión de la facilidad de la práctica JV de mis hombros. No solo Liam me entendía y ayudaba a mi futbol, sino que no le había importado que me desahogara con él. Él era bueno para mí.
Entonces mi sonrisa se desvaneció cuando me di cuenta que estaba mirando sus cuádriceps flexionarse con cada paso. Mirando la ondulación de sus músculos bajo la piel.
Inmediatamente aclaré mi garganta y arranqué con fuerza mi mirada de él, totalmente nerviosa cuando me apresuré a quitar un par de sus conos. ¿Qué estaba mal conmigo? Éramos compañeros de fútbol. A él no le gustaban las chicas, y a mí no me gustaban los chicos. Por eso nos llevábamos tan bien.
No habría ningún cambio en las reglas, aunque yo quisiera cambiarlas.
Que no quería.
Porque si lo hiciera, la práctica de fútbol terminaría. Había visto como se había deshecho de Ashley. No había manera en que le daría una razón para hacer lo mismo conmigo. Lo necesitaba, al menos hasta las pruebas.
Lo que significaba que solamente éramos amigos de fútbol. Lo que significaba no fijarse más en sus cuádriceps.
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The Boyfriend game
FanfictionApoyé la pelota en mi cadera y me dirigí hacia el cobertizo. En la oscuridad. Sola. Con un chico. Yo estaría completamente enloquecida por las pruebas de fútbol para entrar al equipo universitario, si no fuera por el nuevo estudiante, Liam, quién...