Capitulo 23

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Mi madre todavía llevaba su traje de pantalón gris de la firma de abogados en la que trabajaba, pero eso no le impidió subirse al sofá conmigo y deslizarse bajo la colcha, como solíamos hacerlo antes de que yo estuviera demasiado ocupada con el fútbol y ella demasiado ocupada haciendo de mamá soltera. —¿Qué estás viendo? —preguntó.

—Reestrenos.

—Forma divertida de pasar un viernes por la noche.

Soltó un bufido. —Sí, diversión de malvados.

Me rodeó con su brazo y me atrajo a su lado. —Así que, si esto no es divertido, ¿por qué no haces algo más divertido? No he visto mucho a Sara y Beth últimamente.

Me mordí el labio y no dije nada. ¿Qué podía decir? En cambio, me acurruqué contra ella y apoyé la cabeza en su hombro. Lo sé, totalmente infantil, pero no pude evitarlo. Necesitaba a mi mamá en este momento. Necesitaba a alguien que no se molestara conmigo.

—¿Cómo están yendo las prácticas adicionales? ¿Está mejorando tu juego?

Se me hizo un nudo en la garganta. —Supongo.

Se quedó callada un momento, pasando sus dedos por la parte de arriba de mi cabeza. —Entonces, ¿cómo estuvo el partido de anoche? ¿Con Liam?

—Me quemé el paladar, y sin querer tiré la pizza en su alfombra.

Sentí su sonrisa. —Bien hecho, _____. No hay nada como hacer un lío para impresionar a un chico.

—¡Pero yo no estaba tratando de impresionarlo! —Gemí—. ¡No quiero gustarle! ¡Sólo quiero que sea como solía ser, antes de que Sara estropeara todo!

—¿Qué hizo Sara para estropearlo todo? —Su voz era tan tranquila que no pude contenerme más, y toda la historia fue saliendo. Toda—. Así que ahora Sara y Beth me odian y no puedo ir a Pop's con ellas esta noche, incluso si quisiera, lo cual no deseo, pero no puedo y...‖—Hice una pausa para sonarme la nariz en el quincuagésimo pañuelo de papel que había utilizado desde que empecé a hablar—. Y ni siquiera fui a la práctica, ¡y no me importa! —Empecé a llorar de nuevo y mamá me abrazó.

—Oh, cariño, no hiciste nada malo...

Me alejó y me soné la nariz otra vez. —Pero Sara todavía está enojada. No es mi culpa que le guste a Harry.

Sonrió y acaricio mi flequillo. —Es verdad, pero eso no lo hace más fácil para ella.

—¿Debería superarlo, ¿verdad? ¿disculparse?

—Primero tengo una pregunta para ti.

Me senté, arrugándole la nariz. —No me va a gustar, ¿verdad?

Sonrió. —Te sientes mal porque te gusta Liam y a él no le gustas, ¿cierto?

Agarré una bola de pelusa de mi colcha. —Tal vez.

—Por lo tanto, así es como se siente Sara respecto a Harry. A ella le gusta, pero a él no le gusta ella. Ella se siente exactamente como tú te sientes con Liam, excepto que es peor, porque su mejor amiga es la razón por la que a él no le gusta ella —ladeó la cabeza—. ¿Cómo te sentirías si te enteraras de que a Liam le gusta Beth?

—La odiaría. —Las palabras salieron antes de que pudiera detenerlas, e hice una mueca.

Pero mi madre se limitó a sonreír. —¿Ahora si ves cómo se siente ella?

Supongo que lo hacía. —Pero si voy ahí y le digo a Harry que me gusta Liam, entonces...

Ella negó con la cabeza. —No, no hagas eso. Sólo tienes que ir esta noche y decirle a Harry la verdad. Que no estás interesada en él como hombre.

—Pero ya le dije eso...

—Hazle entender lo que le quieres decir.

Gemí. —¿Cómo? Está totalmente pesado.

Ella jugaba con mi pelo. —Tal vez podrías decirle que vea en la dirección de Sara. No puede herir, ¿no? Y así podrás enseñarle a Sara como actuar cuando esté alrededor de él.

The Boyfriend gameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora