Liam hizo una pausa en mi mesa, escaneándome con los ojos como loco.
—Hola —dijo. Llevaba pantalones anchos con agujeros en la rodilla derecha, una camiseta negra y una chaqueta de cuero negro. Um, ¿hola? Alerta sexy. ¿Desde cuándo llevaba una chaqueta de cuero?
—Hola, a ti mismo. —Me cambié de asiento y apreté las manos debajo de la mesa, donde no podía verlas.—¿Te sientes mejor?
—Sí, me siento mejor. Se pasó cuando llegué a casa en pocas horas. Pero estoy enfadada por haberme perdido el entrenamiento. Voy a ir a la escuela por la mañana para ver los detalles. ¿Tú vas?
Su mirada se desvió a mi colgante de diamante. —Um,‖no‖se...
Me encogí de hombros. —Como sea. Simplemente pensé que habría que hacerlo. Iba a practicar algunos de los movimientos de los que hablamos anoche, durante el partido. —Hablar sobre fútbol. Hablar sobre fútbol.
Una nueva luz apareció en sus ojos y la resbaló hacia mí. —¿Cuáles?
Atrapé una bocanada. Olía bien. Me negué a notarlo.
—Ese‖movimiento‖ofensivo,‖donde‖el‖chico‖hace‖de‖defensor‖cuando...
—Es cierto —asintió él con la cabeza—. Eso fue astuto. Y a la derecha, al final del‖campo,‖cuando‖pasó‖el‖balón...
—Bueno, duh, por supuesto. —Habíamos hablado sobre ese movimiento durante diez minutos por lo menos—. Entonces, es genial si tú estás dentro, yo estaba pensando en pedirle a Sara y Beth que me ayuden, si no puedes hacerlo tú.
Él tamborileó con los dedos sobre la mesa. —¿A qué hora?
—¿A las diez?—le sonrío—. Supongo que es demasiado pronto para un viejo como tú.
Sus cejas se levantaron. —¿Viejo? Soy sólo un año mayor que tú.
—Ya lo sé. ¿Tienes ya canas? —Me acerqué y pretendí arrancar un pelo de su cabeza—. Tengo una.
Me agarró la muñeca y tiró mi mano lejos de su cabeza. —Ya basta, chica loca. —Pero él se reía, me miraba como siempre lo hacía. Él apretó mi muñeca, como tratando de obtener algo—. Bien. Voy a la práctica de mañana. No puedo dejarte por tu cuenta. Eres demasiado peligrosa para ti misma. —Le saqué la lengua y él se inclinó hacia adelante—. Parece que las quemaduras se curan bien. No hay necesidad de una cirugía de emergencia en la lengua.
—No gracias a ti.
—¿A mí?
—Tú compraste pizza, así que es tu culpa. —Reí mientras él trataba de poner cara de ofendido—.‖Oh, déjalo ya, Liam. No eres tan inocente...
Alguien se aclaró la garganta y miramos al frente. Harry estaba allí de pie, con el ceño fruncido hacia nuestras manos.
Seguimos su mirada, dándonos cuenta al mismo tiempo, de que Liam todavía tenía la mano envuelta alrededor de mi muñeca.
Las echamos hacia atrás, y Liam se deslizó fuera de la cabina, con el rostro repentinamente cauteloso. Oh, muy bien. ¿Volvemos a eso? ¡Había sido él quien me tomó!
—Bien, así que...‖te veo mas tarde, _____(tn)‖ —dijo Liam. Él asintió con la cabeza a Harry—. Nos vemos. —Él agarró sus bebidas y se giró.
Traté de ver donde iba, pero Harry se puso en mi línea de visión mientras se sentaba. Así que estiré el cuello para ver detrás de él, reubicando a Liam, justo a tiempo para verlo sentarse en una mesa posterior lleno de chicos.
No, espera. No eran sólo chicos. Había chicas. Me senté recta, mi corazón comenzó a martillear. ¿Pertenecía ese pelo rubio a Ashley? ¿Estaba en el Pop's con Ashley? Apreté los puños cuando se puso de lado y vi su perfil.
Sí. Era Ashley. Y ella tenía su mano en el brazo de Liam. ¡Y él no estaba rechazándola! ¿Qué pasaba con eso? ¿Desde cuándo le gustaban las chicas femeninas? ¿Le gustaba actuar como ellos, y estaba fingiendo que las odiaba como razón para no gustarle? ¿Era él entonces, y no yo, quien no quería ese tipo de relación?
Me sentí enferma. Totalmente enferma.
—¿_____(tn)?
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The Boyfriend game
FanfictionApoyé la pelota en mi cadera y me dirigí hacia el cobertizo. En la oscuridad. Sola. Con un chico. Yo estaría completamente enloquecida por las pruebas de fútbol para entrar al equipo universitario, si no fuera por el nuevo estudiante, Liam, quién...