Un día en casa de Mía

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Hacía mucho que Mía no visitaba a su madre, así que decidió llamarla.

-. ¡Hola mamá!- Saludó.

-. ¡Mía! ¡Hace mucho que no hablamos! ¡Enhorabuena por ser campeona de Paldea y de la Academia Arándano, y porque ye eligieron para ir a Noroteo!- Exclamó su madre.

-. ¿Mañana puedo ir a visitarte?- Preguntó con timidez.

-. Ay princesa, no hace falta que me pidas permiso para venir a casa.- Le respondió.

-. ¿Puedo invitar a unos amigos?- Preguntó más animada.

-. ¡Por supuesto! ¡Tus amigos son bienvenidos!- Dijo alegre la madre.

Siguieron hablando unos minutos más y luego se despidieron.

Mía habló su grupo de WhatsApp.

Mía:
¡Hola chicos!

Queréis venir mañana a mi casa?

Mencia:
Claro, hace tiempo que no veo a Aria

Damián:
Sin problema

Noa:
Ya que todos vais...

Mía:
Nos vemos mañana a las 8

Noa:
Cómo que a las 8?

Mencía:
Iremos otra vez de pie, eh?

Damián:
Ya has estado en su casa, Mencía?

Mencía:
Somos vecinas y conozco a su madre

Noa:
Ok

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Nos vemos

Noa se ha desconectado

Damián:
El sylveon de Noa a veces da miedo...

Mencía:
Concuerdo contigo...

Mía:

Nos vemos mañana!

Damián:
Adiós

Mencía:
Hasta luego!

Todos se han desconectado

Al día siguiente, Mía ya estaba en la entrada de la Academia Uva a las 7:30 de la mañana. ¿La razón? No podía esperar. Estaba muy nerviosa, iba con los brazos cruzados, cuando en círculos y murmurando cosas.

Mencía llegó a las 7:40, sabía que Mía llegaría muy puntual y quería aprovechar para echar un combate Pokémon rápido. Pero, cuando llegó y la saludó la contraria no contestó.

-. ¡Mía!- La llamó muchas veces, pero no contestaba.- Pawmot, ya sabes que hacer.- Dijo sacando a su Pokémon favorito de la Poke ball.

Básicamente pawmot electrocutó a Mía, sacándola de su trance.

-. ¿Qué pasó?- Preguntó al recibir la descarga eléctrica.

-. Eso mismo debería preguntarte... ¿Estás bien?

-. ... Sí...

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