Capitulo 7

286 17 1
                                    

Septiembre

Bueno, las vacaciones habían pasado muy rápido para el gusto de Nicole, sentía que los dos meses se le fueron volando. Hace varias semanas desde su cumpleaños y se encontraba otra vez desayunando, ahora con quince años, dispuesta a ir a su segundo año en la secundaria. Lo había pasado fenomenal, sus amigos y los amigos de infancia de Mauro la habían mantenido distraída todos los días, conversaba hasta la tarde con ellos vía Skype. De alguna manera Khea era uno de sus amigos más cercanos y más ahora que asistirían juntos a la escuela. Su hermano, Tiago, era un galán y siempre parecía amable con todo el mundo.

Lo único desgraciado en todos estos días fue una persona que no salía de sus pensamientos: Mateo Palacios. El chico, que por cierto, Nicole odiaba y le estaba haciendo la vida imposible. Había logrado dejar de escucharlo o pensar en su risa, pero lo único que su mente no podía olvidar, eran sus malditos ojos. Ahora, pensar que hoy lo volvería a ver, le revolvía el estómago de una forma impensable, se sentía nerviosa y a la vez ridícula por sentir nervios.

Aunque vivieran en la misma ciudad, nunca se lo encontró y todo eso debido a que se enteró que se fue a un viaje fuera del país, pero ya volverían al instituto y sea como sea, allí desgraciadamente estarían cara a cara.

- ¡Ahg, enserio, que horror! - dijo hundiendo el rostro entre las manos y su madre, Liliana, la miró divertida.

- ¿Sigues atormentada por ese niño, cariño? - claro, durante todo el año, Nicole le había hablado sobre los chicos que la fastidiaban, diciendo que no era tan grave como para acusarlos y restándole importancia.

- ¿Por qué se preocupan tanto por un chico? - pregunto Sergio, como siempre el no entendía la situación.

- Porque ese niño lleva haciéndome imposible la vida - dijo dándole un mordisco a su emparedado, sentía la mantequilla de maní en el paladar - Por eso no quiero verlo.

- Parece todo lo contrario cariño, has estado muy ansiosa estos días - le guiño un ojo y Nicole se ruborizó.

- ¡Mamá! - la regaño, escuchando su risa.

Después de un rato salió directo a la escuela, vestía al igual que toda la vida: camiseta de tiras, una chaqueta jean y unos vaqueros desgastados, en conjunto con sus zapatillas converse.

Al llegar, al primero que se encontró hablando en el aparcamiento fue a Mauro. Conversaba alegremente con sus amigos de la infancia y al acercarse, todos la saludaron con ánimos. Khea se echó a los brazos de Nicole y se abrazo a ella, todos comenzaron a reír.

- Khea, déjame respirar! Si nos vimos ayer - reclamo, divertida cuando el chico se separó y le guiño un ojo.

Siguieron conversando hasta que llegó Emilia, parecía feliz y los saludo a todos con la dulzura que le caracterizaba. Después de un rato escucharon el chirrido de unos neumáticos y apareció un convertible negro cerca de ellos, todo el mundo observaba la escena. Como si fuese una película, de el comenzaron a bajar lod que conformaban al grupito.

María y una chica llamada Belén y Malu, conversaban animosamente entre ellas y no lucían igual que el año anterior. Ya que al cumplir los quince años era cuando las chicas comenzaban a madurar, claramente lo habían hecho, ya que vestían unos jeans de mezclilla y unas blusas vaporosas que dejaban al descubierto el abdomen. Incluso se podría decir que tenían maquillaje. Camilo era otra historia, vestía con una camisa holgada de última marca y chaquetas de cuero. La puerta se abrió y salió un pelinegro. Ese era claramente Mateo Palacios, el que Nicole conocía del año pasado era pequeño frente a este. Estaba radiante y el sol de la playa le había dejado un hermoso bronceado. Vestía unos pantalones, ligeramente holgados, eran de una marca de lujo junto con una camiseta gris combinada con una chaqueta de cuero.

Rivales | Nicki Nicole y TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora