Dura y cruel realidad

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A la mañana siguiente, Atsushi despertó con el cuerpo extremadamente pesado. No tenía ánimos para levantarse, pero debía hacerlo, tenía prueba de matemáticas y Kunikida no perdonaba las faltas, nisiquiera al hermano de su amigo.

Se tomó una larga ducha, se vistió y bajó a desayunar. En el living yacía Dazai, quien lo esperaba con el desayuno servido.

— Hablaré con el hoy, ¿te parece?—

— Preferiría que no, déjame confrontarlo yo primero. Tengo que ser fuerte...

— ¿Estás seguro?

— Más que nunca. Ya es momento de que tome agallas para enfrentar mis problemas. Además, tengo la impotencia acumulada en mi pecho, necesito gritarle las cosas.

— Te lo advierto Sushi, él no es para nada suave con la palabras. Si tu explotas, él lo hará el triple.— el albino soltó un suspiro y se sentó junto a Osamu.

— Lo sé, tal vez eso es lo que necesito para poder continuar. Un golpe de la dura y cruel realidad.

Al llegar a la escuela, Akutagawa esperaba tranquilamente a Atsushi en la entrada, sin embargo, cuando notó el rostro serio y enojado de este, un sentimiento de nervios se apoderó de su cuerpo

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Al llegar a la escuela, Akutagawa esperaba tranquilamente a Atsushi en la entrada, sin embargo, cuando notó el rostro serio y enojado de este, un sentimiento de nervios se apoderó de su cuerpo.

— ¿Todo bien?

— Vamos a la terraza, ahora.— Ryunosuke obedeció, confundido y siguió al albino.

— ¿Pasó algo?, ¿Por qué estás tan serio de repente?

Atsushi tomó una bocanada de aire antes de hablar, sentía su lengua adormecida, pero tenía que ser fuerte, no podía quebrarse. Al menos no frente de él.

— Quiero que me digas toda la verdad en este mismo instante.

— ¿La verdad?, ¿verdad de que?

— No te hagas el desentendido, Ryunosuke, Dazai ya me dijo todo. Sabías desde un inicio que éramos hermanos, hiciste un trato con él, ¡y nunca me dijiste nada!

— J-Jinko, yo...

— No me llames asi.

Akutagawa tuvo que aclarar su garganta, no comprendía el por qué de su ansiosa reacción ante la mirada de decepción de Nakajima.

— Atsushi, yo no quise decírtelo, pensé que te molestarías o malinterpretarías mi cambio repentino.

— Pues claro que iba a hacerlo, si el primer día querias puro matarme, y de la nada empezaste a ser cuidadoso y cariñoso y...¡creí que de verdad te interesaba!

— No me interesabas...al menos no de la forma en que piensas, tú te ilusionaste solo. Pero estos últimos días...

— ¿Estos últimos días que?, ¿vas a decirme que justamente ahora empecé a gustarte?, no me hagas reir porfavor.— la voz de Atsushi comenzó a quebrarse, por lo que tuvo que tomar una pausa.— Además, ¿Que yo me ilusioné solo?, ¿quién fue el que seguía los juegos cuando la gente nos molestaba?, ¿quien fue el que me dijo que era lindo, el que me observaba y acariciaba mientras dormia?, ¿fui yo acaso?

— No...

— Exacto, no. No fui yo. Fuiste tú, tú mismo provocaste mis ilusiones, Ryunosuke.

— Dios, Atsushi, estas siendo inmaduro...

— ¿Inmaduro?, ¿Inmaduro yo?, ¡inmaduro tú, que aún no tienes las agallas de decirme la verdad!. Pero bueno, supongo que no tienes tantos huevos como para hacerlo.

En un movimiento rápido, Akutagawa tomó con fuerzas de la camisa a Atsushi, y lo sacudió frente a él, para luego mirarlo fijamente a los ojos. Los nervios habían cesado, ahora una furia intensa lo consumía de pies a cabeza.

— ¿Quieres saber la verdad?, Bien, te diré la verdad. Me gusta tu hermano, siempre me ha gustado, pero nunca me he podido acercar. El día que él mismo me pidió cuidarte fue la mejor suerte para mí. Claramente iba a aprovechar esto, usaría al idiota, maricón y cobarde de su hermanito para poder acercarme. ¿Y que crees?, ¡funcionó!, tu ya tienes tus otros amigos y yo ya sé que hacer para estar con Dazai. Asi que ya no me sirves, ¿contento?

Atsushi enmudeció, se había quebrado completamente. A pesar de que ya sabía el motivo de todo, nunca pensó que Ryunosuke sería asi de frío y directo.

Tras esto, Akutagawa soltó a Nakajima, empujándolo a la pared, este solo lo miraba triste, decepcionado y muy herido.— V-Vete a la mierda Ryunosuke. M-Muy a la mierda.

— Con gusto. Total, nunca me llamó la atención nada de ti, solo eres un extra en mi vida que nisiquiera sabe lidiar consigo mismo.

Akutagawa fue el primero en irse, debía hablar con Dazai lo antes posible. Atsushi nisiquiera quizo moverse del lugar, se quedó sentado, abrazando sus rodillas y escondiendo su rostro. Nisiquiera podía llorar, no sentía nada más que un nudo en el estómago y su lengua adormecida.



Nota de Autor:

Juro que me costó mucho no llorar haciendo esta parte. Pero no se preocupen mucho, pronto aparecerá alguien que todos adoramos y que dará vuelta toda la situación😽

Ah y, gracias por seguir leyendo y apoyando esta simple historia, realmentelo valoro mucho mucho <3

Un beso de Judas [Shin Soukoku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora