Atrapados

317 38 35
                                    

— Eh...¡no es lo que parece!

— Si lo es.— Ryunosuke levantó la mano entrelazada de Atsushi y depositó un beso en ella.

— ¡No mientas!, jamás te dije que si.

— Pero tu cuerpo dice otra cosa...— Ambos adultos se miraron asqueados.

— Estos jóvenes hormonales de hoy en día.

— ¡Ustedes estaban peor que nosotros!

— ¿Entonces si admites lo que Alutagawa dijo?

Atsushi enmudeció inmediatamente. Acababa de notar que estuvo a nada de ceder al deseo imperoso de Ryunosuke, pero no podía, le había echo mucho daño, y sabía que sus cercanos se enojarían mucho si lo volvía a aceptar.

— No, él y yo no somos, ni fuimos ni seremos nada. Jamás.— Nakajima de inmediato soltó la mano de Ryunosuke con brusquedad. Este fue el primero en abandonar la sala, miles de emociones pasaban por su cabeza en ese instante, debía relajarse, pensar bien las cosas. Mientras que Ryunosuke solo pudo sentarse junto a Chuuya y Dazai, quien necesitaba hablar seriamente con él.

— He sido muy amable contigo Ryunosuke, pero ya no más. En este mismo instante me vas a decir que mierda estás intentando. ¿No te bastó acaso con lo de hace un tiempo?, ¿o acaso te dió amnesia mágicamente y ahora quieres meterte con Atsushi?. — La actitud que Osamu había tomado era muy distinta a la alegre y comprensiva de siempre, pues en ese mismo instante no era su profesor, sino Dazai, el hermano de Atsushi. Un hermano muy celoso y sobreprotector, aunque no lo pareciera.

Akutagawa tragó saliva, no podía evitar sentir nervios.— Bueno, si tengo que admitir que la cagué, lo hice mierda. Pero era porque estaba encaprichado, creía que lo que sentía por usted era amor...quería a toda costa acercarme, estar a su lado. Y Atsushi fue lo que encontré a la mano...

— Lo que encontraste a la mano, ¿eh?. Ten mucho cuidado con lo que dices Ryunosuke, porque te juro que por mi hermano soy capaz de todo...un mísero error y te desaparezco del mapa.

— Hey, te estás pasando, idiota.— Chuuya le dió un suave golpe en la cabeza a Dazai, para reprenderlo por sus amenazas.— Mejor déjamelo a mi, tu solo escucha.

El pelinaranja tomó asiento al lado de Ryunosuke, aún lo detestaba, pero se notaba que también estaba nervioso y quería ayudarlo en cierto modo. Después de todo, Atsushi aún lo quería, y mucho.

— Bien, prosigue con la historia, yo te escucho.

El menor soltó un suspiro de alivio, y continuó como pudo.— bueno, luego de que pasó la situación con Atsushi, pensé que finalmente podría acercarme a Dazai, pero a medida que más me acercaba, menos me interesaba. En un inicio fui insistente, pero luego ya no le encontraba sentido...ya no sentía nada. Pero al ver a Atsushi con...usted, sentí mucha rabia.

— ¿¡C-Conmigo?!

— Se veía muy felices, sentí envidia, quería que esa sonrisa y esas risas fueran solo por y para mi. Quería oírlas de cerca, sentir su perfume, acariciar su cabello...todo.— el menor se sentía fatal, había actuado muy inmaduro.— Supongo que me di cuenta muy tarde de mis sentimientos, ahora llegó este otro tipo y no puedo hacer nada. Él es mejor partido que yo...

— Y tiene razón.

— ¡Samu!— Chuuya no pudo evitar pegarle nuevamente. Luego volvió a dirigirse al menor.— Hay que ser muy sinceros, la cagaste, y la cagaste feo. Heriste mucho a Atsushi...pero a pesar de eso, el aún te quiere.— los ojos de Ryunosuke se iluminaron.— pero tampoco te emociones tanto, debes darle su espacio para que piense también, no te pongas como un imbécil otra vez. Pues puede que no te elija a ti...o tal vez si, todo depende de si logras cambiar. Tengo fé en ti.

Un beso de Judas [Shin Soukoku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora