Un beso de Judas [Shin Soukoku]

Desesperación

Una pequeña recomendación para escuchar mientras leen el capítulo😽✨️
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— R-Ryu...

— Shh, solo déjate llevar por mi.— las manos de Akutagawa se movían de forma desesperada en el cuerpo de Atsushi, necesitaba tocarlo, sentirlo, oír sus jadeos. Hacerle entender que solo él podía realizar estos actos.

— Akutagawa, te amo...¿tú me amas?

— Claro que te amo.— Sus ojos se abrieron de inmediato. Ya era el quinto día en la semana que soñaba con el albino. Habían transcurrido aproximadamente tres semanas de dicho suceso, y desde aquel día que no podía dejar de soñarlo, de quererlo.

Por otra parte, Atsushi ya se veía de mejor ánimo y autoestima. Chuuya había sido un gran apoyo para él en el corto lapso de tiempo que había transcurrido, había sido su hombro junto con Osamu, lo ayudó a vestirse mejor, a arreglarse, a quererse.

Tal vez los sentimientos de Akutagawa por Dazai solo habían sido una cortina, quizás siempre deseó acercarse a Atsushi, le gustaba estar con él, se sentía cómodo, podía ser él mismo sin ser juzgado. Lo quería, lo extrañaba, pero ya había arruinado todo y no sabía como solucionarlo.

— Yo digo que le hables, no te va a morder o comer por acercarte.

— Aún así, la cagué re feo, no sé como hablarle normalmente.

— ¿Y que pasó con el diablo?, ¿el perro rabioso?, te achicaste tan rápido por un chiquillo eh.— Gin se burló de su hermano, quien solo la miró feo y suspiró.

— Okay, lo intentaré.

— ¡Ese es mi hermano!

— Para la clase de hoy, haremos un trabajo en parejas. Yo voy a seleccionarlas, para que así trabajen y no se distraigan.— la clase de inglés estaba tan aburrida que Atsushi estaba que se quedaba dormido, de no ser por Yosano, que le pegaba un pape en la cabeza cada que cabeceaba.

— Bien, empiezo, Yosano y Fyodor,  Nikolai y Nakajima...

— Disculpe profesora, preferiría no ser con él.

— Pero joven Nikolai, yo dicté que yo elegiría los grupos, y nadie reclamó. Además, no tiene quien cambie con usted, ¿o si?

Esta era la oportunidad de Ryunosuke para acercarse a Atsushi sin problema o malinterpretación alguna.— Profesora, yo puedo trabajar con Nakajima, si no le molesta.

— ¡Por supuesto que no!, me sorprende que usted quiera trabajar con alguien, joven Akutagawa. Entonces Nakajima y Ryunosuke.

Atsushi se quería morir, había tratado de evitarlo lo más posible y ahora le tocaba trabajar con él nuevamente. No podía soportar verlo, pero debía hacerlo por la nota.