Solo amigos

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— Hmm...bésame.

— ¿Qué?

— Que me beses, ¿no escuchaste bien?

— No, si escuché pero, Atsushi, ¿Como vamos a besarnos?, somos solo amigos.— esa frase provocó que un dolor se situara  en el pecho de Atsushi, junto con la aparición de un nudo en su garganta.

— Já, si, solo...solo bromeaba, idiota.— el albino soltó una risa incómoda, tras esto, tomó sus cosas y utilizó a Dazai como excusa para retirarse rápidamente de allí.

Al llegar a su hogar nisiquiera saludó a su hermano, solo pasó de largo a su habitación, se lanzó a su cama y soltó todo. Dazai se preocupó mucho, Atsushi nunca actuaba así, al menos no con él, por lo que corrió escaleras arriba a ver a su hermano.

— Atsushi, ¿qué paso mi niño?, ¿te hicieron algo otra vez?— el chico negó con su cabeza, sin apartar el rostro de la almohada.— Hey, atsu, mírame, ¿si?, me parte el alma verte asi...— el chico hizo caso a la petición de su hermano, quien apenas lo vió sintió su pecho apretado.— Ay mi Atsushi...¿quien te hizo sentir asi?

— No es nada importante...se me pasará en un rato...

— No. Eso no es verdad, esto no tiene pinta de que se pase en un rato. Además, soy tu hermano, ten la confianza de contarme, así puedo apoyarte.

El menor soltó un suspiro y asintió. Pero antes decidieron acomodarse bien en la cama, acostándose de cucharita. Nakajima descansaba en el pecho de Osamu, mientras que este le acariaba el cabello.

— Soy un iluso Samu...creí que Akutagawa podría corresponder a mis sentimientos, cuando él nunca mostró ningún interés más que amistoso...

— ¿Estás seguro?, los he visto muy juntitos desde hace rato...esa cercanía no es de "solo amigos".— Dijo Dazai, marcando las comillas con sus dedos.

— Él me lo dijo, Dazai. Traté de coquetearle hoy, y me rechazó de la forma más directa posible.— Dazai soltó un suspiro y abrazó con mas fuerza a su hermano.

— Akutagawa es un caso, Atsushi, y tú más que nadie debe saberlo. Él nunca ha sentido cosas como estas, siempre ha estado solo. Tal vez aún está confundido, o en negación...si quieres yo puedo hablar con él para que aclare sus cosas, sin dejar de lado nuestro trato y...

— ¿Trato?, ¿Que trato?— Atsushi se sentó en la cama, mirando entre confundido y molesto a Dazai, quien se puso muy nervioso de inmediato. No le quedaba de otra más que admitir.

— Ranpo me contó lo de Nikolai y su grupo, como se aprovechaban de ti...no pude evitar preocuparme por ti, sabía que si seguías ahi nada bueno pasaría. Por lo que le solicité a Akutagawa que me ayudara a cuidarte y protegerte...

 Por lo que le solicité a Akutagawa que me ayudara a cuidarte y protegerte

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— ¿Para que me citó aquí, profesor?

— Bueno, Akutagawa...quería pedirte ayuda con mi hermano. He escuchado que el grupo de Nikolai lo ha estado molestando, y bueno, el nunca ha logrado defenderse por su cuenta, y tú eres mi estudiante de confianza, es por eso que pensé en tí, para que puedas ayudarme a cuidarlo.

— Con todo respeto, señor Dazai, pero usted sabe que no me relaciono bien con la gente. No creo poder hacerlo.

— ¿Nisiquiera si te otorgo alguna recompensa?— De inmediato, Akutagawa tomó suma atención a su maestro, pues era un trato muy conveniente.

— ¿Que ofrece?

— Lo que tú pidas.— el estudiante lo pensó un momento, luego asintió.

— Entonces, acepte salir conmigo.

— ¿Qué?

— Acepte salir conmigo.

— Oye, pero...eso no.

— Usted dijo que pidiera lo que yo quisiera.— Dazai suspiró.

— Pero eso no puede ser Ryunosuke. Va contra mis principios.— Akutagawa ignoró a su maestro, quien tomó una bocanada de aire y asintió.

— Bien, una salida a comer...— Akutagawa sonrió alegre y se acercó a Osamu, pues si había aceptado la salida era por algo, ¿no?.

Tal vez esta era su oportunidad de finalmente conquistar a su maestro a partir de su hermano. Si se acercaba a él y se hacía su amigo, podría estar mas cerca de su enamorado. Era la idea perfecta.

— Y, ¿de quién se trata?

— Atsushi Nakajima...de tu clase.

— Osea que, solo se acercó a mi ya que tú se lo pediste

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— Osea que, solo se acercó a mi ya que tú se lo pediste...

— Lamentablemente si. Lo siento...si hubiera sabido que esto pasaría, jamás se lo habría pedido. El miedo y la angustia del momento al pensar que podría pasarte algo y...— Atsushi se lanzó encima de Dazai para abrazarlo, dejándolo sin palabras.

— No puedo negar que si estoy un poco molesto, lo hiciste sin consultarme antes, fingiste demencia cuando todo pasó y para colmo, terminé ilusionándome. Pero también entiendo tus motivos, gracias hermano...

— Gracias a ti por no enojarte y comprender mis motivos, y no te preocupes...yo arreglaré lo que provoqué.— en eso, el teléfono de Osamu sonó.— Lo siento, tenía una cita con...alguien para hoy. Pero si quieres la puedo cancelar y nos quedamos acostados.

— ¿¡Tú, una cita?!, no, no, ¡debes ir!, es un milagro que le pase eso a un anciano como tú.— ambos soltaron una carcajada, luego Osamu se levantó y revolvió el cabello de su hermano.

— Bien, iré entonces. Te lo presentaré pronto, te juro que lo vas a adorar.

Y sin más, Dazai se fue. Cuando finalmente Atsushi tuvo la casa sola, se volvió a esconder entre sus mantas, ya no le quedaban esfuerzos para llorar, aún así, las lágrimas continuaban brotando. Se mantuvo un largo rato en silencio, hasta que cerró sus ojos y cayó profundamente dormido.



Nota de Autor

Próximo capítulo: Dura y cruel realidad

Un beso de Judas [Shin Soukoku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora