𝟐𝟐-𝐌𝐚𝐭𝐞𝐫𝐧𝐢𝐝𝐚𝐝

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Bridget se encontraba sola en casa, disfrutando de un momento de tranquilidad con su hija Karyn mientras Aizawa estaba fuera por unas horas

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Bridget se encontraba sola en casa, disfrutando de un momento de tranquilidad con su hija Karyn mientras Aizawa estaba fuera por unas horas. Desde que había nacido, cada momento que pasaba con su bebé era una mezcla de felicidad y ansiedad. Bridget sabía que había desafíos únicos en su situación, pero se había preparado lo mejor posible para enfrentarlos.

Karyn estaba en su cochecito, descansando después de una alimentación reciente. Bridget la observaba desde la cocina, donde preparaba algo ligero para comer. Aunque era muda y sorda, Bridget había desarrollado un fuerte sentido de percepción visual; siempre mantenía a Karyn en su línea de visión para asegurarse de que estuviera bien.

Sin embargo, mientras se concentraba en preparar la comida, Bridget no se dio cuenta de que Karyn había comenzado a moverse incómoda en su cochecito. La pequeña, que hasta ese momento había estado tranquila, empezó a sollozar suavemente. Su llanto fue creciendo en intensidad, pero Bridget, enfocada en su tarea, no lo notó.

Pasaron unos minutos antes de que Bridget girara la cabeza hacia el cochecito y viera a Karyn agitando sus brazos y pateando con fuerza. La expresión de su hija era de malestar, y sus mejillas estaban húmedas por las lágrimas. Bridget sintió un pinchazo de culpa al darse cuenta de que no había notado el llanto de su bebé.

De inmediato, dejó lo que estaba haciendo y se acercó rápidamente a Karyn. La levantó con cuidado, sosteniéndola contra su pecho, sintiendo cómo el cuerpecito de la bebé seguía temblando por el llanto reciente. Bridget cerró los ojos por un momento, reconociendo la dificultad de no poder escuchar a su hija cuando más la necesitaba.

Mientras la acunaba, Bridget trató de calmar a Karyn, meciéndola suavemente de un lado a otro. Le acarició la espalda y susurró en su mente palabras de consuelo, aunque sabía que su hija no podía oírla. Aún así, sentía la necesidad de transmitirle amor y seguridad.

Karyn poco a poco comenzó a relajarse en los brazos de su madre, su llanto disminuyendo hasta convertirse en pequeños sollozos. Bridget, aún sosteniéndola, se dirigió hacia el sofá, donde se sentó con su hija en el regazo. Sabía que tendría que encontrar maneras de estar más alerta, de compensar su falta de audición para poder cuidar a Karyn de la mejor manera posible.

Con Karyn ahora tranquila, Bridget la sostuvo un poco más cerca, prometiéndose que haría todo lo que estuviera en su poder para protegerla y cuidarla, a pesar de los desafíos. Se dio cuenta de que cada día era un aprendizaje, y aunque había momentos difíciles, también había momentos llenos de amor y conexión que la hacían sentir que valía la pena.

Mientras acunaba a su hija, Bridget sintió un poco de alivio al ver a Karyn empezar a quedarse dormida nuevamente. Sabía que tendría que encontrar soluciones para situaciones como esta, y que también necesitaba confiar en sí misma y en su capacidad para ser una madre fuerte para su pequeña.

Bridget estaba en la sala, sosteniendo a Karyn mientras las lágrimas corrían por su rostro. Desde que Aizawa había salido, los pensamientos y dudas habían comenzado a agolparse en su mente, intensificándose cada vez más. No podía dejar de recordar cómo no había podido escuchar a su hija llorar, cómo Karyn había estado angustiada, y ella no se había dado cuenta. El peso de esa responsabilidad la estaba aplastando.

𝐌𝐢𝐫𝐚𝐦𝐞 𝐜𝐨𝐧 𝐚𝐦𝐨𝐫『𝑨𝒊𝒛𝒂𝒘𝒂 𝑺𝒉𝒐𝒖𝒕𝒂 𝒙 𝒐𝒄』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora