𝟏𝟐-𝐃𝐮𝐞𝐥𝐞𝐬

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El cielo gris y nublado parecía reflejar la tristeza que envolvía la casa de Bridget

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El cielo gris y nublado parecía reflejar la tristeza que envolvía la casa de Bridget. El viento soplaba suavemente, llevando consigo las últimas hojas de otoño, mientras el silencio llenaba el hogar que una vez estuvo lleno de risas y amor. El padre de Bridget había fallecido en un trágico accidente unos días antes, y el vacío que dejó en su familia era palpable.

Aizawa llegó a la casa de Bridget poco después del funeral, su corazón apesadumbrado por la noticia. Sabía lo mucho que su padre significaba para ella; siempre había sido un hombre amable y comprensivo, alguien que había apoyado a Bridget en todo momento. Perderlo tan repentinamente había sido un golpe devastador.

Al entrar en la casa, Aizawa notó lo silencioso que estaba todo. Los pocos amigos y familiares que habían asistido al funeral ya se habían ido, dejando a Bridget sola con su madre. Aizawa se acercó al salón, donde encontró a Bridget sentada en el sofá, con la mirada perdida en el suelo. Sus ojos, hinchados por el llanto, apenas registraron su presencia.

Sin decir una palabra, Aizawa se sentó a su lado, acercándose lo suficiente como para que su hombro rozara el de ella. Bridget no reaccionó de inmediato, pero después de un momento, dejó escapar un suspiro tembloroso y se inclinó hacia él, apoyando su cabeza en su hombro.

Aizawa no sabía qué decir. Había intentado pensar en las palabras adecuadas durante el camino hacia allí, pero ahora que estaba junto a ella, se dio cuenta de que nada de lo que pudiera decir aliviaría el dolor que sentía. En lugar de palabras, decidió ofrecerle su presencia, su apoyo silencioso.

Con suavidad, levantó su mano y comenzó a acariciar el cabello de Bridget, un gesto simple pero lleno de afecto. Bridget cerró los ojos, dejando que las lágrimas comenzaran a deslizarse por sus mejillas nuevamente. Aizawa podía sentir cómo su cuerpo temblaba con cada sollozo contenido, y su corazón se rompía un poco más al verla tan devastada.

Finalmente, Bridget levantó la mirada hacia él, sus ojos llenos de dolor y confusión. Con movimientos lentos, comenzó a hablar en lenguaje de señas, sus manos temblando ligeramente.

─¿Por qué tuvo que pasar esto? No lo entiendo, Shouta. Lo necesito... lo necesito aquí conmigo.

Aizawa tomó sus manos, deteniéndolas suavemente, y respondió en el mismo lenguaje.

─No lo sé, Bridget. A veces, la vida es injusta, y nos quita a las personas que amamos sin razón. Pero estoy aquí para ti. No estás sola.

Bridget asintió débilmente, pero la tristeza en sus ojos no desapareció. Se acurrucó más cerca de Aizawa, buscando consuelo en su calor y en la seguridad de su abrazo. Aizawa la sostuvo con fuerza, deseando poder absorber parte de su dolor, aliviar aunque fuera un poco el peso que ella cargaba en su corazón.

Las horas pasaron en un silencio cómodo, roto solo por los ocasionales susurros del viento afuera. Aizawa sabía que este sería un proceso largo, que Bridget necesitaría tiempo para sanar. Pero también sabía que no se iría de su lado, no importaba cuánto tiempo tomara. Habían pasado por tanto juntos, y ahora, más que nunca, quería ser el apoyo que ella necesitaba.

𝐌𝐢𝐫𝐚𝐦𝐞 𝐜𝐨𝐧 𝐚𝐦𝐨𝐫『𝑨𝒊𝒛𝒂𝒘𝒂 𝑺𝒉𝒐𝒖𝒕𝒂 𝒙 𝒐𝒄』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora