𝟐𝟏-𝐏𝐚𝐭𝐞𝐫𝐧𝐢𝐝𝐚𝐝

43 7 0
                                    

Aizawa estaba sentado en el sillón de la sala, sosteniendo a su hija Karyn en sus brazos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Aizawa estaba sentado en el sillón de la sala, sosteniendo a su hija Karyn en sus brazos. La pequeña estaba envuelta en una suave manta, y su carita, aunque todavía redondeada por la ternura de la infancia, mostraba una expresión que Aizawa había comenzado a reconocer; su ceño ligeramente fruncido.

Era sorprendente ver cómo, a pesar de su corta edad, Karyn ya parecía mostrar una personalidad propia. Aizawa observaba cada gesto con fascinación, notando cómo sus ojos grises, idénticos a los de su madre, se enfocaban en él con una intensidad que le resultaba asombrosa.

—Tienes el mismo ceño que tu mamá —murmuró Aizawa en voz baja, aunque sabía que Karyn no podía entender sus palabras. Sonrió ligeramente, acariciando suavemente la pequeña frente de la bebé—. ¿Qué te preocupa, pequeña?

Karyn movió su cabecita, como si intentara acomodarse mejor en los brazos de su padre. Aizawa la sostuvo con firmeza pero con cuidado, dándole el apoyo necesario. Se preguntó si el fruncido en la frente de Karyn era una expresión heredada o simplemente una forma de manifestar algún malestar, quizás hambre o cansancio.

Aizawa comenzó a balancearse lentamente en el sillón, buscando calmar a la bebé. Había momentos en los que se sentía abrumado por la responsabilidad de ser padre, pero cada vez que sostenía a Karyn, sentía que todo valía la pena. Incluso en esos instantes en los que ella parecía estar preocupada por algo que él no podía comprender, sentía una conexión profunda y un amor indescriptible.

Mientras la mecía, notó que Karyn empezaba a relajarse, aunque su ceño permanecía ligeramente fruncido. Aizawa no pudo evitar soltar una pequeña risa, maravillado por la tenacidad de su hija, ya tan evidente a tan temprana edad.

—Vamos a estar bien —dijo Aizawa, inclinándose para darle un beso en la frente—. No tienes nada de qué preocuparte, Karyn. Papá y mamá siempre estaremos aquí para ti.

Karyn parpadeó lentamente, como si las palabras de su padre hubieran alcanzado su pequeño corazón. Aunque su ceño seguía fruncido, sus ojos se fueron cerrando lentamente hasta que se quedó dormida en los brazos de Aizawa.

Aizawa la observó durante unos momentos más antes de levantarse con cuidado para llevarla a su cuna. Mientras la acomodaba, sintió una paz indescriptible. A pesar de los desafíos que pudieran venir, estaba decidido a ser el mejor padre para Karyn, protegiéndola y amándola incondicionalmente, tal como ella lo necesitaba.

Aizawa se encontró en una situación que, a pesar de ser padre ya por un tiempo, seguía poniéndolo nervioso; cambiarle la ropa a su hija, Karyn. La pequeña tenía una energía inquieta que hacía que incluso la tarea más simple se volviera un desafío.

Con Karyn acostada sobre el cambiador, Aizawa la observó con una mezcla de determinación y cautela. La bebé se movía constantemente, sus pequeñas piernas y brazos agitándose en todas direcciones. Aizawa soltó un suspiro, sabiendo que necesitaba ser rápido pero también extremadamente cuidadoso. Karyn, con su delicada piel y su cuerpecito frágil, lo hacía sentir como si estuviera manejando la cosa más preciosa y vulnerable del mundo, porque para él, lo era.

Tomó el pequeño pijama que había elegido para ella, uno suave de algodón con un diseño de estrellitas en color pastel, y comenzó a desabrochar los botones. Sin embargo, en cuanto intentó levantarla para quitarle la camiseta que tenía puesta, Karyn movió su cabeza de un lado a otro, protestando con pequeños balbuceos.

—Tranquila, Karyn, papá solo está tratando de vestirte —murmuró Aizawa, aunque sabía que su hija no podía escucharlo. Aun así, sus palabras eran un intento de calmarse a sí mismo tanto como a ella.

Con mucho cuidado, deslizó la camiseta por la cabeza de Karyn, tratando de no rozar su rostro. El corazón le latía rápido, consciente de cada pequeño movimiento que hacía. Aizawa era un héroe profesional, acostumbrado a situaciones peligrosas y tensas, pero nada lo había preparado para esta clase de nerviosismo.

Finalmente, logró quitarle la camiseta, pero Karyn empezó a moverse aún más, lanzando sus bracitos al aire y pateando. Aizawa se detuvo, observando cómo las piernas de la pequeña se agitaban con fuerza.

—Eres más fuerte de lo que pareces, ¿verdad? —dijo Aizawa, sonriendo levemente. Pero el nerviosismo seguía presente, y se tomó un momento para respirar profundamente.

Al sostener el pijama, intentó pasar los bracitos de Karyn por las mangas. Sin embargo, la bebé continuaba moviéndose, lo que dificultaba la tarea. Aizawa frunció el ceño, consciente de lo frágil que era su hija. Temía lastimarla accidentalmente con un movimiento brusco.

Después de lo que pareció una eternidad, Aizawa finalmente logró meter los brazos y las piernas de Karyn en el pijama, aunque la niña seguía moviéndose, sin darle tregua. Cuando terminó de abrochar los botones, se dejó caer en la silla junto al cambiador, soltando un suspiro de alivio.

Karyn lo miró con sus grandes ojos grises, su expresión más tranquila ahora que estaba abrigada en su pijama nuevo. Aizawa sonrió, sintiéndose aliviado de haber superado una tarea que, aunque sencilla, lo había puesto a prueba.

—Lo logramos, pequeña —dijo, acariciándole suavemente la cabeza—. Eres más fuerte de lo que pareces, pero papá también lo es.

Karyn balbuceó en respuesta, su ceño fruncido desapareciendo mientras miraba a su padre con curiosidad. Aizawa la levantó con cuidado, sosteniéndola cerca de su pecho mientras se dirigía hacia la cuna. Sabía que ser padre no era fácil, pero cada pequeño desafío, como cambiarle la ropa, valía la pena por esos momentos de conexión con su hija.

 Sabía que ser padre no era fácil, pero cada pequeño desafío, como cambiarle la ropa, valía la pena por esos momentos de conexión con su hija

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝐌𝐢𝐫𝐚𝐦𝐞 𝐜𝐨𝐧 𝐚𝐦𝐨𝐫『𝑨𝒊𝒛𝒂𝒘𝒂 𝑺𝒉𝒐𝒖𝒕𝒂 𝒙 𝒐𝒄』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora