Erin corrió por el bosque. En un momento, llegó a una especie de claro. La bruja ya no estaba; solo se oía el ruido de las aves y el susurro de las hojas en los árboles. Erin pateó una piedra que había cerca. «Maldición, se esfumó» se dijo dando un suspiro. «Será mejor que regrese...»
A su regreso, unas voces alertaron a la joven, quien volteó en la dirección de donde provenía.
—¿Y eso...?
Intrigada, comenzó a caminar con cautela hacia el origen del sonido. A medida que se acercaba, el murmullo de las voces se hacía más claro, y pronto reconoció una de ellas: era la de Oliver. «¿Sigue aquí?» pensó la joven. Al dar unos pasos más, finalmente descubrió la escena. Oliver estaba sentado en una gran roca. Su expresión era de frustración total. Frente a él estaba Randy con una postura rígida. Mantenía una mano en la cintura y la otra cubriendo su rostro, como si intentara ocultar su propia angustia.
Con cuidado, Erin se escondió entre unos arbustos cercanos, manteniéndose fuera de la vista, pero lo suficientemente cerca como para escuchar y observar lo que sucedía.
—¿Por cuánto tiempo más va a durar esto, Oliver? —le preguntó Randy a su hijo.
—No lo sé—respondió el joven sin ánimo—. No sé cómo salir de esto, ¿Aun no lo entiendes?
El hombre mayor suspiró profundamente.
—Es que aún me sigue pareciendo irreal—dijo Randy—. ¿Realmente esto está pasando?
—¡Que si! —replicó Oliver, indignado—. ¿No te bastó con lo que me hizo esa bruja cuando trate de irme de este pueblo?¿ O de las cosas que me contó sobre ti?
Randy desvió la mirada, claramente incómodo.
—Lo siento...—murmuró Oliver, después de soltar un largo suspiro.
—No importa—dijo Randy, haciendo un gesto con la mano, restándole importancia—. Lo único que importa es averiguar cómo sacarte de este lío.
—Y para empeorarlo todo, Erin se involucró—murmuró el chico, volviendo a bajar la mirada.
—¡¿Involucraste a esa chica en esto?! —exclamó Randy, alarmado, levantando la voz más de lo que pretendía. Sus ojos se habían abierto con incredulidad y temor.
Oliver negó rápidamente con la cabeza.
—Erin lo sabe por su cuenta. Al parecer esa bruja también la está acechando.
—Oliver, por favor, no involucres a esa pobre chica en esto—pidió Randy, con el ceño fruncido—. No quiero tener problemas con la Hermana Claudine.
—¡¿Es que no me escuchaste?! —grito Oliver, más molesto—. ¡Ella lo sabe por sí misma!¡Nunca le mencione nada!¡¿Realmente crees que sería capaz de contarle sobre esto a Erin por voluntad?!
—Conociéndote, niño, si lo creo. Tienes la tendencia de actuar sin pensar.
Oliver soltó una risa seca.
—Mira quien lo dice.
Randy se cubrió la cara con ambas manos, dándole la espalda a su hijo y dejando escapar un suspiro de exasperación. Erin, instintivamente, se escondió aún más en los arbustos. Su corazón latía con fuerza, temiendo ser vista.
—¿Y qué quieres hacer? —preguntó Randy, volteando a ver a su hijo—. ¿Seguir jugando al detective paranormal hasta que mágicamente la respuesta llegue a ti?
—Eso o morir en el intento—respondió Oliver.
—No es gracioso, Oliver.
—Perdón—dijo el chico, rascándose el cuello—. Desde que Roger se fue, todo se complicó.

ESTÁS LEYENDO
Almas Condenadas
Mystery / ThrillerCuando Erin huyo de su hogar, no esperaba que la lluvia la terminara llevando a un lugar remoto y enigmático: Midnight Grove, un encantador pueblo donde la amabilidad de la gente es tan singular como su peculiaridad. Decidida a tomarse un descanso...