Cuando Erin huyo de su hogar, no esperaba que la lluvia la terminara llevando a un lugar remoto y enigmático: Midnight Grove, un encantador pueblo donde la amabilidad de la gente es tan singular como su peculiaridad.
Decidida a tomarse un descanso...
Ya había caído la noche en Midnight Grove, y Erin se encontraba recostada en su cama, rodeada de libros y papeles. La habitación estaba iluminada solo por la tenue luz de una vela, creando sombras suaves en las paredes. La nota que había encontrado junto a la mariposa disecada por fin le había proporcionado una pista. Erin había querido continuar con su investigación desde que la descubrió, pero se había visto interrumpida por el almuerzo y los insistentes ruegos de Lizzie para jugar juntas. Ahora, finalmente, tenía el tiempo y la tranquilidad para seguir investigando.
Su conejo se había acurrucado a su lado, recostado sobre sus piernas, mientras Erin tomaba un cuaderno de tapa dura color café y lo abrió. La primera hoja mostraba una fotografía de la casa, con la frase "Nuevo hogar, nuevo comienzo" escrita en la esquina de la página.
—Es una especie de diario—murmuró la chica.
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Erin sonrió ante ese comentario. «Al menos supo ver quien era ese hombre desde el principio»
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Erin paso a las siguientes páginas, intrigada.
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—Así que la señora Williams es separada...—murmuró Erin—. Bueno, en cierto modo, se veía algo obvio.
