Mi vida es color ámbar || Minsung

uno

No sé cuánto dolor he aguantado durante cinco días. Me encerré en mi casa cómo siempre lo he hecho. Es una costumbre, pero duele como un infierno, joder. Siento que a mí me duele más que a los demás.

Muchos omegas en sus celos solo sienten la necesidad de un alfa junto a ellos y se vuelven demasiado cariñosos, ¿por qué no puedo ser así? ¿Por qué tanto sufrimiento sexual como si fuera un alfa? Que sea un omega con carácter no quiere decir que sea necesario hacerme sufrir como a ellos.

Caminé... no, espera, ni si quiera estoy seguro de poder caminar bien sin los pinchazos de dolor en el ano, y este es, sin embargo, el último día de mi celo, y mi sufrimiento no parece querer disminuir. Hice el intento de caminar hacia el escritorio de mi cuarto. Y cuando por fin llegué a este, tomé mi celular y mis lentes también, centrándome en las cinco llamadas perdidas de mi mejor amigo.

Me coloqué los espejuelos redondos y me recosté en la cama nuevamente mientras marcaba el número del antes mencionado. ¡Qué bello caso! Mi miopía se desarrolló fácilmente a mis ocho años y ni siquiera hacía mucho uso de pantallas azules.

No pasaron dos tonos completamente cuando ya había contestado.

― Eh, idiota, ¿dónde te metes? ¿Si sabes que al menos me preocupo por ti? ¿Por qué no me habías contestado? No te he visto en cinco días, pensé que te habías muerto solo y sin llevarte un buen insulto de mi parte.

Puse los ojos en blanco y me aclaré un poco la garganta antes de hablar, pues me había despertado hace unos minutos por el dolor en mi entrepierna y mi voz debía estar un poco ronca.

― ¿Has terminado?

― Bueno no lo sé... quizás lo haya hecho si me respondes a esas preguntas, tal vez solo así, no tenga nada más que decir.

Sería bastante extraño y satisfactorio que Hyunjin no tuviera nada que decir por un rato, porque he de decir que tengo un amigo bastante conversador, y no es justo lo que estoy buscando ahora mismo. No me vendría mal un chico que me agarré por el cuello y...

— Jisung, ¿estás ahí?

Bueno, creo que desvíe un poco mis pensamientos.

― Si, aquí estoy. —Me concentré en sus preguntas e intenté responderlas todas— Bueno, para tu información, estoy en mi apartamento, ¿dónde más sino? Sé que te preocupas por mí, pero fuera mejor si te acordaras de que mi celo estaba cerca Hyunjin, te lo dije como dos días antes de que comenzara. Y creo que ya debes saber porque no te contestaba...

Pude escuchar un suspiro que me hizo sonreír mínimamente, porque fue un suspiro de alivio. Hyunjin podía ser un poco exasperante pero, joder, mira que quiero a ese idiota.

― ¿Estás bien?

― Mejor que ayer.

― Me lo tomaré como un si.

― ¿Ya puedo colgar?

― No, estoy un poco molesto Jisung.

― ¿Y? ¿Es por no haberte avisado que entré en celo? Mira, si es por eso me gustaría que habláramos luego porque ahora mismo estoy pasando por un momento doloroso e incómodo y no haces más que estorbar.

— ¿Quieres que te vaya a hacer compañía?

La pregunta fue hecha con un tono sugerente que ignoré a toda costa.

— Hyunjin.

― Vale vale, no tiene que ver contigo idiota, estás a salvo solo por ser mi mejor amigo, si no ya te hubiera roto la cara por hablarme así.