nueve

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Más tarde esa misma noche, nos encontrábamos en un agradable club que  no estaba siendo tan malo como esperaba.

Al principio me había mantenido al margen, pero finalmente cedí a las insistencias de Lix para ir a bailar un rato con él, en el centro de la pista donde también se encontraban Hyunjin y Chris.

La interrogante de dónde estaría Minho cruzó mi mente, pero simplemente sacudí la cabeza y traté de no pensar mucho en eso, de hecho, no quería pensar en absolutamente nada. Quería disfrutar de la noche todo lo que pudiera y esta era una buena forma de hacerlo.

En cuanto me sintiera completamente cómodo.

Hyunjin fue a buscar bebidas y comencé a relajarme después de mi cuarta copa. Sabía cuánta resistencia tenía al alcohol, y podía decir que se encontraba en un punto medio.

El Jisung borracho estaba libre de preocupaciones, y hacía cosas de las que podía arrepentirme cuando estuviera consciente, pero no podía detenerlo. Así que no estaba seguro de querer emborracharme y darles una mala impresión de mí a mis nuevos amigos

Había localizado a Minho en la barra. Y después de un rato me di cuenta de que no se movía de allí. Sin embargo, la persona que se sentaba a su lado si que lo hacía. En el momento que miraba hacia allá siempre había alguien diferente. Ignoré el hecho de que estaba bastante pendiente del mayor y me propuse disfrutar un poco más del ambiente.

Lix se puso frente a mí y me agarró por los hombros obligando a moverme un poco. La quinta copa que acababa de ingerir estaba haciendo estragos en mi cabeza y provocaba que me riera más de lo normal.

Pero debía admitir que estaba disfrutando, aún estando un poco fuera de mi zona de confort. Podía intentar cosas nuevas, por supuesto que sí.

Esta vez decidí ir yo mismo a la barra a buscar mi propio trago. De una vez también podría sentarme un momento y descansar las horas que ya llevaba de pie en lo que se podría considerar bailar.

Una vez allí, me senté en uno de los bancos altos y llamé la atención del bartender con un gesto de mi mano. El aludido me dedicó una sonrisa coqueta antes de preguntar qué quería pedir. Lo dejé a su elección ya que lo que estaba buscando era simplemente algo con alcohol, y no tenía preferencias en estos momentos.

Mientras esperaba, escuché una conversación a mi lado que despertó mi curiosidad. O bueno, no era una conversación en sí, ya que solo hablaba una persona, y se trataba de una chica que intentaba coquetear y parecía no obtener muchos resultados.

Desvié la mirada de mis manos y traté de echar un vistazo a la pareja por mera curiosidad, probablemente por chismoso que soy. No me sorprendió que se tratara de Minho, la chica se encontraba entre él y yo así que no podía notarme. Además, parecía más entretenido mirando hacia la multitud en lugar de la rubia con cuerpo de infarto.

Si fuera heterosexual, podría estar notablemente afectado por ella. Tenía unas curvas para morirse y aunque estaba de espaldas a mi pude escuchar la suavidad persuasiva de su voz. Su vestido era extremadamente corto, en cambio eso no parecía afectar a Minho. Se mostraba neutral y no parecía irritado, simplemente ignorante.

El segundo bartender le entregó su vaso y me di cuenta de que se trataba solamente de agua, fue entonces cuando desvió la mirada de la multitud para observar a la chica. Ésta dejó de hablar en ese preciso momento, y deduje que fue por la intensa mirada del mayor. Si fuera a mí a quien mirara de esa forma seguramente hasta las piernas se me debilitarían.

Ella se retiró dejando aquel asiento vacío, y estuve tentado de sentarme allí, pero una voz me sacó de mis pensamientos y me obligué a desviar la mirada hacia al frente. El chico había dejado el trago frente a mí y luego se retiró volviendo a sonreírme de aquella manera. Había descubierto hace un tiempo que la mayoría lo hacían para conseguir más ventas, así que se podría decir que estaba un poco acostumbrado.

Mi vida es color ámbar || MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora