ocho

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Félix me esperaba en la salida del centro comercial. Me acerqué sonriendo, deteniéndome a escasos pasos de su posición cuando un chico llega a su encuentro y le rodea la cintura con un brazo. Poco después planta un beso en sus labios y Félix fuerza una sonrisa. De nuevo esa incomodidad en el menor.

― Hola bebé ― saludó con una sonrisa torcida el desconocido para mí.

Félix repitió el gesto anterior y luego se mordió el labio un poco nervioso. Pero no nervioso como con Hyunjin, nervioso como cuando su hermano parecía molesto por algo que pensaba que no estaba bien para Lix, como su novio por ejemplo.

― ¿Qué haces aquí? ― Preguntó mi amigo.

― Solo pasaba. ¿A dónde vas? — Ladeó la cabeza y acarició el hombro del rubio con parsimonia mientras hablaba.

A pesar de no estar muy cerca el aroma del chico llegó hasta mí y lo identifiqué como el alfa de Félix.

Además, aún con la distancia en la que estábamos podía ver la clara incomodidad de Félix estando apresado por el brazo de su novio que aún no lo soltaba.

Mi lobo gruñó.

Pese a todo esto, Lix trataba de hablar con normalidad mientras miraba a todas partes menos a los ojos de su pareja.

― Voy a ver a Jisung. — Puse los pies en la tierra ante la mención de mi nombre.

― Jisung. ¿Quién es Jisung?

En ese momento se me ocurrió que podría intervenir y presentarme, pero antes de que moviera siquiera un dedo, Félix ya estaba respondiendo a su pregunta con rapidez. Como si fuera una respuesta automática que tuviera que dar siempre que le preguntaran tal cosa.

― Es un amigo, pero no creo que lo conozcas, le he hablado mucho de ti y no parece hacerlo.

La confusión en mi rostro era tan obvia que solo pude permanecer en mi posición esperando a poder avanzar a hacia mi amigo.

El alfa asintió pareciendo dejar el asunto de lado y volvió a plantar otro beso en sus labios para luego irse. Lix observó su espalda hasta que se perdió entre la gente del centro comercial.

Entonces me animé a caminar hacia el rubio que permanecía con una mueca de preocupación que no podía dejar pasar tan fácilmente.

Solo hasta que estuve a su lado el chico pareció notar mi presencia. Decidí hacer como si acabara de llegar y no dejar en evidencia que había presenciado el incómodo encuentro con su pareja. Cuando estuve frente a él, ya estaba con una pequeña sonrisa en los labios.

― ¡Hola, Ji! No sabía que habías llegado ya.

— Solo hace un momento.

Me limité a decir y el pareció creerse mis palabras así que asintió y se enganchó de mi brazo. Sería una de esas extrañas ocasiones donde Lix me convencía de salir de mi casa y dar una vuelta, esta vez por el centro comercial. Compraríamos algo de ropa y probablemente pasemos por Starbucks para conseguir algo agradable de comer.

Por el momento él traía tres bolsas de ropa y yo solo una, me hice con un suéter cuello de tortuga muy bonito de color beige que compramos en cuanto Lix me vio embobado mirándolo. Debía admitir que me encantan esas prendas de ropa, tenía unos cuantos de esos en casa y nunca me parecían suficientes.

Ahora estamos en otra tienda y me estaba probando un conjunto completo. Unos vaqueros azul claro que marcaba la curva de mi cadera, un suéter cuello de tortuga de color negro que me quedaba como una segunda piel, y un crop top blanco que me gustó por todos los letreros que cubrían la parte frontal.

Mi vida es color ámbar || MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora