veinticuatro

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Ratón
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L

a empresa simplemente era sensacional. Algunas personas que eran parte del personal me saludaban como si me conocieran de toda la vida, y debía admitirlo, después de un rato se convirtió en algo agradable. Porque no era el mismo sentimiento de que todos te mirarán como si fueras un desconocido, estas personas me hacían sentir que encajaba. ¡Incluso encontré a un artista en el camino que llevaba un atuendo casi idéntico al mío! Hasta pude darme cuenta que me guiñó un ojo, por lo cual no pude evitar parpadear varias veces con asombro. Vaya, generalmente no suelen coquetearme, y era un alfa bastante atractivo. Pensé que mi lobo reaccionaría, pero éste solo le dio la espalda de manera despectiva y se echó a descansar.

Una bonita omega iba corriendo en mi dirección, pero no me miraba, quizás por eso chocó contra mí y algunos de sus papeles cayeron al suelo. Maldijo entredientes mientras recogía todo sin tener que agacharse, pues se había caído por el impacto al igual que yo. De igual forma recogí mis lentes y me los coloqué ya que habían salido tirados, también recogí sus papeles y mi mochila, colgándola otra vez de mi hombro mientras me ponía de pie a su vez. Le tendí los archivos mientras pronunciaba un bajo “Lo siento”.

— No es nada... — La chica me escaneó rápidamente, teniendo los archivos en sus manos. — Uh, eres el amiguito de Minho. — Ella sonrió, sin embargo a mi lobo no le cayó bien ella, ni la forma que usó para referirse a mí.

¿Amiguito? Somos más que eso, bruja.

Mi lobo no solía ser agresivo, pero la chica simplemente no le gustaba. Y no sé por qué si aparenta ser agradable. ¡Hasta aceptó mis disculpas!

— Soy Han Jisung. — Corregí poniendo mi frente en alto.

— Claro, claro. — Le restó importancia de una manera que simplemente me molestó aún más que a mi lobo. — Soy Joohyun, una de las productoras de la empresa. — Pronunció con suficiencia y una sonrisa de lado. — No, no era agradable. — Minho te describía más... increíble a decir verdad, esperaba algo más que... bueno... — Me señaló de pies a cabeza con la mirada, no me iba a dejar intimidar por ella. Así que mantuve mi mentón en alto mientras pensaba rápidamente en algo que responder para defenderme. — Si me disculpas, tengo una reunión importante que atender. — Finalmente se fue con altanería y me dejó con la palabra en la boca.

Bruja.

Puse los ojos en blanco y seguí caminando hasta que estuve frente a aquella puerta otra vez, para mí atravesar aquel marco era como entrar a otra dimensión, como si fuera un niño pequeño en una feria que mira todo con la más genuina emoción. Y no era para menos, estar en un lugar así era con lo que siempre soñaba, y trabajar aquí era mi meta. Quería crecer junto con la empresa, anhelaba ser testigo del éxito de los chicos, y quería ser parte de las creaciones de sus más grandes joyas. Sencillamente quería ser parte de todo esto.

Con un poco de valor (ninguno, de hecho) y ligeramente (muy) nervioso, puse la mano en el picaporte y empujé la puerta entrando al estudio donde suponía, estaba Wooyoung. Sin embargo el espacio estaba vacío. Aún así cerré la puerta a mis espaldas y me tomé el trabajo de recorrer todo con la mirada, mientras dejaba la mochila en el gran sofá que se extendía a todo lo largo de la pared y parte de la otra en forma de L.

Era un lugar hermoso. A diferencia del resto del edificio donde reinaba el blanco y los tonos brillantes, el estudio tenía un aura más reservada y parecía hasta íntimo en cierto punto. La mayoría de las paredes estaban revestidas por un diseño que parecía madera barnizada, en tonos ligeramente oscuros. El suelo era completamente de un color neutro y podía notar la suave textura que tenía, me sentí mal por pisarlo con mis converse viejas. Me adentré un poco más para pasar mis manos por la silla en la que se debía sentar el que controle la gran consola de botones y controles, que estaba seguro de que me encantaría aprender a usar, aunque nos enseñaban un poco de eso en la universidad, no sería hasta el próximo año que lo use directamente. Tener esto frente a mí es tan emocionante que no puedo describirlo con palabras.

Mi vida es color ámbar || MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora