seis

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― ¡Ji! ― Me llamó una voz aguda mientras caminaba hacia la cafetería Heaven Coffee, la misma en la que me vi con Félix la noche de locura con mi mejor amigo.

Ya habían pasado unos días desde aquel suceso y todo avanzaba con normalidad, con excepción de que ahora me veía más a menudo con Félix, su hermano y... el mejor amigo de su hermano. Y bueno, se podría decir que había hecho algunos amigos nuevos.

Miré hacia atrás y un chico corrió hasta mí para luego envolverme en un abrazo. Correspondí sonriendo y luego me separé para revolverle los cabellos y a la vez acomodarme los lentes.

― Hola Jeongin. Hace días que no te veo.

El pelirojo sonrió hasta que sus ojos desaparecieron.

― Lo sé, ¿cómo has estado? ― Su sonrisa disminuyó hasta solo dejar un gesto feliz en su rostro.

― Muy bien, solo lidiando con Hyunjin.

― Ah si, ese chico. — Rodó los ojos ante la mención del mayor y guardó el celular en su bolsillo ya que parecía que antes de venir a mi encuentro lo estaba usando.

― ¿Quieres acompañarme a almorzar?

― Si, claro.

Se enganchó de mi brazo y caminamos juntos hacia la cafetería.

Jeongin es un chico muy alegre y bonito. Un beta. Es un año menor que yo y un gran amigo. Ha sido una de las únicas personas que he aceptado en mi vida. No sé por qué no acepto a tantas personas si, como dice mi subconsciente, a pesar de mi malhumor lo único que quiero es socializar un poco más, no se trata de sobresaltar en la comunidad sino, simplemente gustarle a la gente.

― ¿Cuándo quedaremos a comer? ― Preguntó tomando un sorbo de su batido ya estando en aquel lugar luego de un rato.

― No lo sé, cuando quieras. ― Sonreí y seguí comiendo mi almuerzo tranquilo.

― Entonces luego te llamo y quedamos. ¿Te parece?

Asentí al mismo tiempo que noté la pantalla de su celular encima de la mesa se había encendido junto al sonido de una notificación. El menor lo tomó para mirarlo con tanta rapidez que casi derrama el contenido de su vaso.

Me quedé observándolo mientras él contestaba rápidamente el mensaje luego leerlo, una sonrisa adornaba sus labios. Había visto esa sonrisa un par de veces y sabía lo que significaba.

Esperé pacientemente y cuando terminó de enviar el mensaje, dejó el aparato en la mesa de nuevo y se percató de mi mirada inquisitiva.

— ¿Desde hace cuánto? — Elevé las cejas con una sonrisa ladina.

Él se sonrojó. Oh, esto era serio.

— Nos conocemos desde hace unos meses pero... hace una semana me invitó a una cita.

Sonreí alegre por el menor, él parecía verdaderamente interesado en esa persona.

— Entonces deduzco que fue un éxito. Pero qué digo, ¡si eres un chico encantador! Por supuesto que fue un éxito.

Soltó una risita nerviosa y tomó de su batido alegremente. Yo me quedé en silencio esperando nuevamente.

— ¿Qué? — Inquirió.

— ¿Te estás conteniendo contarme todo de él o simplemente no quieres hacerlo?

— Pensé que no te gustaba que hiciera eso.

Puse los ojos en blanco al escucharlo. Por Dios, podía fastidiarme si se tratara de un chico que no fuera bueno para él. Pero mientras que se emocionara hablándome del chico que le gusta y pareciera ser una buena opción, entonces me sentiré un hermano orgulloso mientras lo escucho.

Mi vida es color ámbar || MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora