veintidós

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Acepto
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La cafetería Haven Coffee era especial para mí. Solía ser el lugar que frecuentaba con Hyunjin cuando estábamos en el proceso de convertirnos en mejores amigos. Fue donde conocí a Jeongin y el primer lugar donde me reuní con Lix, lo cual conllevó a que conociera a su hermano y por supuesto, a Minho. El lugar es importante incluso para el grupo entero.

Y era mi lugar de paz. Así que mientras me tomaba un café, intentaba terminar aquel proyecto que cerraría las calificaciones de una de las materias más importantes del semestre. Llevaba allí al menos dos horas, y aunque solo había estado consumiendo algunos bocadillos y café, los trabajadores del local me dejaban tranquilo en la esquina de la cafetería comprendiendo que necesitaba un rato de concentración. Ya hasta conocía los nombres de las meseras que trabajan hoy, Soojin y Hyewon, aunque bien sabía que había otros trabajadores.

El día anterior había estado buscando empleo hasta en mis horarios libres entre clases, llamando y llamando con tal de escuchar una respuesta afirmativa y conveniente respecto a horarios en la universidad y el sueldo con el que tenía que pagar la renta del apartamento. Mi vida estaba dando un vuelco importante y tal vez debí darme cuenta de ello hace algún tiempo, simplemente no había caído en cuenta hasta ahora.

Cerré los ojos y recosté la frente sobre mis brazos en la mesa. Estaba agotado, terminar un proyecto de dos semanas en tres días es demasiado cansino, pero no me puedo quejar, mi celo me desconcentró por un buen tiempo y luego de eso estaba tratando de buscar información muy importante respecto a alfas y omegas. Bueno, más precisamente sobre las almas gemelas y los predestinados, lo cual es básicamente lo mismo. ¿Que si encontré algo útil? Muchos cuentos de hadas y mitos, pero entre historia e historia, tenía más o menos una idea un poco más clara de lo que nos estaba pasando a Minho y a mí.

La noche en que salimos todo el grupo hace poco, todavía está en mi mente, y no por algo del grupo en sí, sino porque realmente deseaba preguntarle a Minho algunas cosas, quizás muchas. Pero venga, no es como que yo quiera una relación seria y todo el caso... Solo quiero respuestas...

¿Me estás jodiendo, no?

— Bueno, tal vez si quiero una relación seria. — Susurré para mí mismo. Muy, muy bajo, solo estoy pensando en voz alta.

Mi lobo gruñó, ¡qué demandante!

Digamos que extraño un poco a mi subconsciente, hace mucho no la escucho, es como si la hubieran mandado a otro país y en su lugar hubiera cobrado vida mi lobo. A ver, no es que él y yo nos lleváramos mal o algo por el estilo; pero digamos que ahora estamos un poco más conectados y a la vez en desacuerdo. Mientras yo quiero parecer persona normal, él quiere buscar a Minho en todo momento y rendirse ante él como todo omega que es. ¡Y yo también lo deseo! Pero no vamos a hacer eso, nos queda un poco de dignidad.

Minho.

Y aquí vamos con Minho de nuevo. ¿Es que no entiendes que necesitamos centrarnos en algunas cosas justo ahora? Por ejemplo, sacar un cien para conservar mi beca. Y no es que esté en riesgo de perderla, pero igual no quiero arriesgarme.

Alfa.

— Joder contigo. — Gruñí apretando un poco mi pecho por la sensación que me golpeó. Cómo si mi corazón se detuviera, y comenzara a latir de nuevo, pero de manera desenfrenada.

— Uhm... ¿lo siento? — Aquella voz me hizo levantar la cabeza con tanta rapidez que la luz me cegó un poco por haber permanecido tanto tiempo en aquella posición con los ojos cerrados.

La presencia del alfa frente a mí me descolocó, y los colores se me subieron a las mejillas cuando me dedicó aquella encantadora sonrisa. Entendí que mi lobo no se estaba volviendo loco, solo que él ya sabía de la presencia del alfa, y el delicioso olor que inundó mis fosas nasales me estaba volviendo loco en demasía.

Mi vida es color ámbar || MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora