diecisiete

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En una habitación en sumamente mal estado, teníamos a un hombre algo mayor haciéndose presente, con Minho a la cabeza habiéndolo guiado hasta allí. Hyunjin recién estaba recuperando la conciencia, y Félix no podía quitar los ojos del chico en su pecho que murmuraba incoherencias, y otras no tan incoherencias que resultaban ser el nombre del antes mencionado.

— Hyunjin... ¿Puedes escucharme? — El rubio acarició la mejilla del nombrado con suavidad.

— Lixie. — Fue lo único que escapó de sus labios, como si de una simple afirmación se tratase para responder a su interrogante.

— Bien, Jinnie, eso está bien. — Le animó el rubio estirándose para besar su coronilla. — Ahora necesito salir un momento para dejarle espacio al doctor... — Inmediatamente el alfa gruñó insatisfecho, pero Félix ya tenía una respuesta para ese gruñido — No gruñas Jinnie, tengo que tomar ese tiempo para darme una ducha y cambiarme, mis ropas están rasgadas y no me cubren mucho. Volveré tan rápido como pueda ¿Eso te parece bien?

El chico se tardó unos cuantos segundos en responder, pero con un simple movimiento de cabeza le permitió al rubio saber que había respondido de forma afirmativa. El mismo salió con cuidado y entonces el doctor pudo acercarse a Hyunjin para tratarlo, quedándose con Minho en la habitación.

Unos cuantos minutos después, Félix estaba entrando a la cocina vistiendo unos pantalones y una camisa de su hermano, no quiso entrar a la habitación para no interrumpir, así que usó la ducha de Chris y tomó ropa del clóset de éste. Ahora estaba junto a Jisung en la encimera, aunque a diferencia de éste último, Lix se intentaba preparar un chocolate caliente.

— ¿El doctor está atendiendo a Hyunjin? — El mayor de los dos preguntó con la vista fija en el suelo por unos segundos.

— Así es. Acababa de despertar cuando salí de la habitación.

— Eso es bueno. — Soltó un suspiro de alivio y continuó mirando el suelo con intensidad, hasta que desvió la mirada al rubio para preguntarle.

— ¿Cómo te encuentras Lix? — Sus ojos se mostraban compasivos, Jisung tenía unas ganas inmensas de abrazar a ese solecito que parecía luchar por no comenzar a llorar en cualquier momento.

— ¿Ahora mismo? Estoy totalmente desecho. Mi mente es un desastre. — Jisung se volteó un poco hacia él dándole a entender que podía continuar y desahogarse. — La preocupación me está consumiendo, la culpabilidad también. Adoro a Hyunjin, muchísimo, y a ti también te quiero mucho Ji, pero siento que si no los hubiese conocido no estarían metidos en nada de esto. Tú no tuvieras marcas en tu cuerpo y vivieras con tranquilidad, y Hyunjin... Joder, Hyunjin no estaría en mi cama medio inconsciente con heridas por todo el cuerpo. Tal vez si no los hubiera conocido solo tendría que soportar esto yo y...

Jisung calló al contrario con un cálido abrazo con olor a fresas. Lix había comenzado a derramar lágrimas desde la primera palabra que dijo para responder la pregunta que se le había hecho, y ahora solo podía sollozar silenciosamente en el hombro de su amigo que le estaba dando ese abrazo que necesitaba para no derrumbarse.

— Nada de esto es tu culpa Lix, y escúchame, — Tomó un poco de distancia para poner las manos en su rostro y limpiar las lágrimas que caían por sus rojas mejillas — nunca, en tu vida, te culpes por habernos conocido. La vida quería juntar nuestros caminos y darnos los amigos que tanto necesitabamos. Y encontraste a Jin, encontraste a un gran alfa que está tan loco por ti como para perder los estribos contra un tipo enorme que sólo logró rozarlo un poco. Y me tienes a mí, que aunque no tengo tanta fuerza para luchar contra un tipo de esos, al menos puedo insultarlo sin pelos en la lengua y abrazarte cuando lo necesites, o escucharte. Soy tu amigo Lix, y no me molestan los golpes físicos si lo que me duele es ver a mis amigos sufrir.

Mi vida es color ámbar || MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora