Stockholm Syndrome

C-37 NO, EL ES SU FAMILIA

TOBIAS

Al dejar a Jean otra vez en el suelo coloque mi mano izquierda en su mejilla, sonreí al ver esos ojos de los que me enamore desde el primer momento sin siquiera yo saberlo.

Tome la iniciativa acercándome para dejar un beso con un sabor salado debido a las lágrimas que ambos soltamos.

— Perdón, perdón por todo lo que has pasado — solté apenas me separé de ese beso —. Fui un cobarde y un poco hombre al no encontrarte y dejar que te hiciera todo eso — seguí mientras mis lágrimas se empezaban a intensificar por la emoción de tristeza que comenzaba a dejar salir.

— No fue tu culpa Tobi — aseguro mientras ponía su mano en mi mentón subiéndolo para que nuestras miradas se encontrarán.

— Si lo fue, debí dejarte ir cuando todos me decían que era lo mejor, pero no, fui egoísta y te quise tener solo para mí — tome su mano y entrelace nuestros dedos —. Ahora has pasado tantas cosas que no debieron suceder — afirme bajando la mirada de nuevo.

Cuando ella no dijo nada, pensé que me estaba dando la razón, pero solo sentí como sus brazos acercaron mi cuerpo al suyo en un abrazo donde pude sentir sus emociones.

Era fantástica la conexión tan profunda que teníamos que tan solo con este gesto podía saber o sentir el amor que ella tenía por mi o viceversa.

— Nunca te culpare por eso, Tobi te lo dije una vez y te diré otra, a pesar de las circunstancias el conocerte fue lo mejor que me pudo haber pasado — aseguro con su cabeza en mi pecho.

Recargue mi cabeza en la suya y solté un suspiro suave, dejando salir toda la presión, frustración, enojo, tristeza, miedo y ansiedad que sentía en ese momento.

— Creo que Harry enserio desea verla — asegure y solo sentí como apretó más sus brazos entorno a mi torso.

Sin más se separó y dejo un beso sobre mis labios, que sin mediar más correspondi tomando su pequeña cintura, sus brazos alrededor de mi cuello y sus manos jalando un poco mi cabello me hicieron pedir un poco más.

Así que sin más, baje mis manos a sus piernas indicando su siguiente movimiento, el cual fue un salto que la hizo estar con sus piernas alrededor de mi cintura y mis manos sobre su trasero el cual sin poder evitarlo apreté un poco dejando salir un suave gemido de Jean, dicho gemido que me hizo poder investigar nuevamente su cavidad bucal con mi lengua y la suya en una pequeña batalla.

— Puedo esperar para otro momento — susurré separándome un poco de sus labios.

— Hemos esperando cinco años — aseguro juntando nuestros labios de nuevo.

Tal vez la inercia o la necesidad o simplemente las dos cosas actuando juntas me hicieron caminar hacia la cama en la cual deje a Jean cuidadosamente en medio de esta, me posicione entre sus piernas y el beso casi automáticamente se volvió más apasionado, más necesitado, más salvaje, pero nunca perdiendo el amor con el que lo hacíamos.

Dejé un camino de besos el cual se vio un poco frenado por su camisa de pijama, la cual con la atenta mirada de ella fue quitada por mis manos, al tener su torso descubierto dejando un camino de besos que fueron directo a sus pechos a los cuales les di atención a cada uno por separado.

Seguí bajando sintiendo como su piel se erizaba ante mi tacto, debes en cuando soltaba suspiros haciendo que sus jadeos se hicieran presentes, al estar al borde de su shorts que hacía juego con su camisa, la mire buscando la aprobando de mi acción.

Cuando asintió fue mi luz verde para comenzar a quitarlo, junto con el shorts baje su braga dejando a la vista su bien depilada vagina, sonreí al recordar mi primera vez, solo fue cuestión de acercarme para aspirar su olor, sin más preámbulos di el primer lenguetazo.