Narra T/nUna vez llegué a mi casa estaba molesta como ese chico se atrevió a tocarme, de por sí creo que estaba con su novia y aún así se atrevió a tocarme.
Subí las escaleras entrando a mi habitación, me quité la ropa que traía, entre otra vez al baño dándome una ducha con agua fría.
Salí de la ducha y me dirigí al espejo del baño tomando los productos para mi cabello rizado. Empecé a definir mis rizos, una vez terminé los sequé y empecé a maquillarme, sería algo sutil.
Salí del baño y empecé a a buscar mi uniforme, una vez lo encontré empecé a vestirme.
Una vez terminé de vestirme salí de mi habitación, bajé las escaleras y me dirigí a la cocina en la cual estaba mi madre cocinando.- buenos días mamá - me dirige al refrigerador.
- buenos días hija, te queda bien el uniforme -le dio vuelta a los panqueques.
- gracias mamá - saqué un bote de agua - mamá en donde están las llaves de mi auto, ayer en la noche las busqué y no las encuentro.
- ohh no, mi creas que es e dejaré usar tu auto - empezó a servirse a la comida.
- ¡pero mamá! -dije molesta- ¿como se supone que iré a la escuela? - me Cruze de brazos mirándola molesta.
- no caeré en tu chantaje, vete a pie oh en auto bus, lo que hacías cuando estábamos en ( tu país) no estuvo bien - habló molesta mientras servía su comida.
- No fue para tanto, esa vecina exageró un poco - tráete de sonar tranquila.
- ¿no es para tanto? T/n casi la atropellas - se acercó a mi- tienes prohibido usar tu auto oh armar carreras clandestinas entiendes?
Chupe los dientes volteándome hacia la puerta- de haber sabido que me delataría hubiera atropellado a ese vieja chismosa - dije entre dientes.
- ¡T/n no hables así era una muy buena vecina!- se volteó mirándome molesta.
- para ti, porque a ti te decía todo lo que yo hacía- hablé molesta saliendo de mi casa.
Empecé a caminar hacia la escuela, mientras revisaba mi celular, sin duda mi sueño de ir a una carrera de autos se había esfumando.
Al llegar a la escuela todos me veían y murmuraban, sabía que era por ser extranjera.
Llegué a unos casilleros quitándome los zapatos y poniéndome unas pantuflas, puse los zapatos en el casillero y serré el casillero.
Empecé a caminar por los pasillos buscando mi salón, ya habían tocado el timbre y aún así no lo encontraba.
Miré a un maestro caminar por el pasillo, me acerqué a él maestro que venía leyendo unos pasos.