Luego de estar dos días en la playa un mes había pasado, estaba en mi habitación saliendo de la ducha.
Tenía planeado estar en casa y no hacer nada, empezó a vestirme tomando cada una de mis prendas.
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Una vez me vestí salí de mi habitación bajando las gradas, al bajar las escaleras me recosté en el sofá y tome el control remoto de la televisión y la encendí.
Me levanté del sofá al escuchar que tocaban el timbre, abrí la puerta encontrándome con Rindou el cual tenía un ramo de rosas en la mano, este vestía su uniforme de pandillero.
— ¿Y tú por aquí? — me crucé de brazos alzando una ceja.
— Que manera de recibirme señorita—arrimó su brazo al marco de la puerta — al menos un beso ¿no lo crees?
— jajaja —me burle para luego ponerme de puntitas y acercarme a sus labios dejando un beso rápido al separarnos me hice a un lado — Pasa.
— gracias —entró a la casa y cerré la puerta— toma son para ti — Me extendí el ramo de rosas.
— gracias rin son muy lindas — Tome el ramo de rosas — ¿Que haces con tu uniforme de pandillero tan temprano? —me acerqué a la mesita de centro dejando el ramo en la mesa.
— tengo cosas que hacer, estaré todo el día ocupado y...— se acercó a mí rodeando mi cintura con sus manos— no podía empezar mi día sin antes verte.
— cállate, solo haces que me enamore más de ti — dije sonrojada viendo a otro lado.
— Es la verdad — Tomó mi mentón haciendo que lo miré — tenía que verte antes de que mi día iniciara.
Empezó a caminar hacia el sofá sin soltar mi cintura, este se sentó y sin soltar mi cintura me sentó encima de él a horcajadas.
— ¿Qué tanto harás? —arregle su cabello poniéndolo hacia atrás.
— aún no lo sé, solo sé que es importante, con decirte que Ran se levantó temprano — Relamió sus labios viendo los míos — ¿Estás sola en casa? — me miró a los ojos.
— Entonces si debe de ser algo importante... Y si... estoy sola en casa.
— Si, digamos que es importante— Bajó sus manos a mis piernas dejando leves caricias que causaban una sensación en mi — ahora que recuerdo tu madre salió con la mía.
