All I Want for Christmas is You

Capítulo XXVII: Misión divina: Salvar el alma de Matthew

Narrador Omnisciente

En la mañana del 4 de enero del 2025 todo había amanecido con tranquilidad.  Nada parecía esta fuera de lo normal. Simplemente las familias se fueron despertando, tomando el desayuno, otros fueron a comprar un mercado y algunos decidieron hacer ejercicio en el parque central del mismo.

Como aún la nieve caía en enormes cantidades, todos los que salían a la calle se abrigaban lo suficiente para no morirse del frío. Algunas personas y locales estaban retomando sus rutinas dirías de trabajo, reactivándose de nuevo y aún quedaban las decoraciones navideñas por toda la ciudad. Se supone que, por orden de la alcaldesa del pueblo, se retiraban el 7 de enero,  día en el cual los niños regresaban a sus actividades diarias y retomaban sus clases.

Sin embargo, y para el desconocimiento de todos los demás, en la casa de los Levine, en realidad se vivía un verdadero infierno. Ya la época del Hannukka había finalizado pero contrario a todos los años anteriores, este había sido la peor época para todos ellos. Solo poseían los pocos buenos recuerdos que construyeron en sus primeros días. Todo lo demás había sido un caos completo.

Los hijos de Matthew se tuvieron que mudar a casa de alguna de sus tías que vivían en el mismo pueblo, porque sinceramente ninguno quería regresar a su casa y mucho menos,  cruzarse con el tan cambiado Matthew.

Durante estos últimos días las cosas iban de mal en peor, ya ni sus padres sabían a que rabino traer para combatir a este ser tan terrible y tóxico. Todos llegaban a un punto, sin retorno, en el cual no podían hacer más nada, por mucho que lo intentaran y siguieran diciendo todos los rezos existentes en latín...Nada parecía funcionar, más bien, era mucho peor.

Hasta sus pobres padres debieron abandonar, en contra de su voluntad, la casa porque estaba totalmente intoxicada de plagas y de todo mal. El padre de Matthew era el único con el suficiente valor para seguir asistiendo a los exorcismo y estar con su hijo. Su madre fue llevada al hospital de emergencia, porque, toda esta situación la tenía de los nervios. Y no era para menos; como esperas que reaccione una madre cuando le dicen, en su propia cara, que su hijo esta maldito y poseído por el peor demonio de la historia. Es mucho que procesar.

Matthew apenas reaccionaba, ya ni siquiera hablaba en su lengua, las cosas que decían eran inteligibles y era otro idioma totalmente diferente al latín, quizá era mesopotámico o sabrá Dios que idioma era ese.

Pasaba todo el día durmiendo, no comía, no reaccionaba, solo se despertaba en horas cruciales como las 12:00 pm y las 3:00 am y eso era un caos lleno de delirios, maldiciones, blasfemias contra la iglesia, el mismo Dios y muchas cosas más que son imposible de describir con palabras. Estaban viviendo en una pesadilla en la calle Elm... Incluso sus padres creían que estaban dando vueltas y más vueltas sin retorno, totalmente confundidos, en el laberinto de Fauno del mismísimo Guillermo del Toro.

Y por si fuera poco, solo estaba lleno de cicatrices que le habían deformado totalmente su rostro, no se bañaba, no se cambiaba de ropa, sus ojos estaban totalmente desorbitados, taciturnos en la mayoría del tiempo, no podía hablar como una persona normal y sus uñas se habían vuelto garras horribles.

Lo tuvieron que atar con cadenas de hierro a la cama y su desprecio a cualquier símbolo de Dios o del cristianismo, les daba pánico. Matthew enloquecía tanto que la baba se le acumulaba en su boca. Era como la temible película del exorcista persé. Hasta se contorsionaba y le escupía a los rabinos y a todo el mundo.