Rachel
150 minutos desde que desperté en estas cuatro paredes de concreto liso y de esos 150 minutos llevo al menos unos 10 procesando esta situación.
Maldigo hasta sus antepasados
Antes de que me adormecieran estaba saliendo del aeropuerto de Moscú; Rusia. Con el corazón hecho trizas pero sin borrar la sonrisa en mi boca, ilusionada con la idea de cumplir el objetivo por el que vine a este país: Alejarme de él.
El amor de mi vida.
Pero se preguntarán «Si era el amor de tú vida, ¿Por qué te alejaste?» Complicado, muy complicado de hecho.
Pero la razón principal (a medias) es el motivo por el que ahora, no habiendo transcurrido más de 15 horas desde que salí huyendo de su casa, lo tengo sentado frente a mí con una expresión victoriosa pero sumamente retadora.
—Te tardaste —hablo en voz baja.
Sonríe y es un sucio y duro golpe a mi tonto corazón. Está a solo unos centímetros distanciado de mí, pero estoy acostumbrada.
Recuerdo que una vez un hombre en la calle me habló con tono sugerente mientras estábamos en una cita. No era consciente de la locura que se cargaba Christopher pero ese solo fue el comienzo.
El hombre apareció en las noticias con dos disparos en la cabeza y sin una lengua en su boca. Y como si eso no fuera suficiente, nos forzó a usar unas esposas durante dos días y digo solamente dos días porque conseguí hacerlo cambiar de parecer con respecto a usarla durante muchísimo más tiempo. Todo para que a dónde quiera que fuéramos el resto se diera cuenta qué:
1-) No estoy sola.
2-) Mucho menos disponible.
3-) Las dos anteriores.
—Ya deberías saber que nunca te soltaré —acerca su dedo índice a mi barbilla y la acaricia. Mi espalda se estremece como respuesta a la caricia—. Fue una ilusión estúpida huir, ambos sabemos que tú no quieres alejarte de mí y yo no puedo estar sin tí. No me fuerces a experimentar tal pesadilla.
Es tan manipulador y aún así, muy en el fondo sabía que esto simplemente era perder el tiempo. Sabía que él me encontraría, fue muy sospechosa la forma en la que me dejó ir, no hubo gritos de su parte ni amenazas u advertencias. Debí suponerlo.
—Deja de intentar manipularme, lo odio —agacho la cabeza suspirando.
—Y yo odio que huyas y aún así te lo permití —se encoge de hombros, se acerca tanto que simplemente me rodea con sus brazos y se impregna de mi aroma—. Eres parte de mí, tanto que apenas puedo respirar sin dificultad cuando no estás cerca —me alza el rostro con las manos en cada mejilla—. Mi hermoso vicio; eres mi debilidad, debes estar conmigo para protegerte y protegernos.
Su tono es tan suave, tan irresistible y yo resulto tan sumisa ante él que lo aborrezco.
—Estamos destinados; tú y yo. Esto. Somos perfección, algo inevitable y etéreo.
—No lo sabemos —murmuro. Lo observo fijamente bajo mis pestañas, su expresión ahora calculadora, para ser alguien tan difícil de leer parece que todo este tiempo que hemos estado juntos he logrado hacerlo. Está enojado pero se mantiene físicamente imperturbable—. No sabía en lo que me metía cuando me crucé contigo aquel día, no quieres reconocerlo pero me engañaste, y eso me duele, Christopher. Estás rodeado de violencia, sangre y muerte, todo lo que odio.
—Pero no me odias a mí —nuestras narices se rozan. Su aliento choca contra mis labios—. Me amas, me adoras así como yo te amo a tí.
Jadeo.
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✯𝑭𝒂𝒏𝒇𝒊𝒄𝒔 𝑪𝒉𝒓𝒊𝒔𝒄𝒉𝒆𝒍✯
Fanfiction«Somos 𝒍𝒂𝒔𝒄𝒊𝒗𝒊𝒂, somos 𝒍𝒖𝒋𝒖𝒓𝒊𝒂 y somos 𝒅𝒆𝒔𝒆𝒐. Somos 𝒍𝒐𝒔 𝒎𝒂𝒍𝒐𝒔 que no le envidian nada a 𝒍𝒐 𝒃𝒖𝒆𝒏𝒐» - - - - - - - - - - - - -