Carta de olvido con pollo frito... 🍗

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Christopher

Chris.

—¿Qué?

—Chriss.

—¿Qué pasa? —la miro.

Chrisssss —insiste.

—¿Qué mierda, qué? Dilo ya —exploto y me mira mal.

Se enoja si digo groserías.

—No digas palabrotas

Rachel hace un puchero tierno con sus labios rosados que me produce cosquillas en la panza.

—Tengo casi 10 años, tonta. Sí puedo.

Blanquea los ojos jugando con una de sus largas trenzas.

—Tienes 8, no 10. Aún eres muy pequeño para decirlas, mamá dice que los niños no debemos decirlas porque suena feo  —explica asintiendo a medida que pronuncia las palabras. A diferencia de mí, posee una paciencia increíble para todo.

Golpeo su hombro moviéndola de lugar.

—¡Oye! —protesta con las cejas fruncidas. Sus largas pestañas casi rozando sus regordetas y bonitas mejillas.

Siempre he pensado que Rachel es la muñeca más bonita, una muñeca real. muñeca real. Eso último aún no lo sabe, pero es cuestión de tiempo.

Me devuelve el golpe y me tambaleo.

—Tonta.

La golpeo.

—Tonto.

Me golpea.

—Llorona.

La golpeo de vuelta.

—Ruidoso.

Me golpea de vuelta.

—Loca.

De nuevo.

—Desquiciado.

Lo hace otra vez.

—¡Ya! —me levanto del césped enojado con los brazos cruzados sobre mi pecho.

No me gusta que crea que soy así. Ella me conoce más que nadie, creo que hasta es mi mejor amiga así que definitivamente no puede creer que soy un desquiciado.

No sé el significado de la palabra, pero se oye feo y yo no soy feo. Las niñas molestas dicen que soy guapo, pero no les hago caso, a la única que le cedo mi preciada atención es a Rachel.

Ella me obsequió un pequeño espejo en mi último cumpleaños, y es porque sabe que amo mirarme en ellos. Fue mi regalo favorito, secretamente siempre lo llevo en mi mochila sin que nadie se de cuenta. Ni siquiera ella. Me molestará durante semanas si se entera.

—Tengo hambre —dice de pronto mirándose la panza.

—Tengo algo para tí —digo extendiéndole la mano esperando que la acepte y olvide la fea palabra por la que me llamó.

Enarca una ceja, interesada.

—¿Es comida? —asiento. Ama comer—. De acuerdo.

Se pone de pie de un salto sacudiéndose la ropa. Entrelaza sus pequeños dedos con los míos corriendo al interior de la casa.

Zeus eleva su cabeza al oírnos entrar a la cocina y Rachel chilla de emoción al verlo. Estoy seguro que mi perro la quiere más que a mí. Se le nota.

—Para tí —tomo el balde de pollo y se lo doy. Sus ojos brillan y su sonrisa se hace grande en segundos. Me lo arrebata sin más.

—¡Gracias, Chris! —grita dando saltos para luego besuquearme la mejilla.

Es muyyy empalagosa, pero en el fondo eso no me desagrada en lo más mínimo.

««««««« 💙 »»»»»»»

Cortito pero
al menos actualicé,
que el título no me las asuste👆🏻

Sin más qué decir...

Abrazos y muacks vvs, no olviden dejar la estrellita y comentar 💙

✯𝑭𝒂𝒏𝒇𝒊𝒄𝒔 𝑪𝒉𝒓𝒊𝒔𝒄𝒉𝒆𝒍✯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora