Rachel
—Mañana es noche buena —le insinúo por décima vez en el día.
—Lo sé —dice con voz pastosa.
Trazo líneas en su pecho desnudo buscando las palabras correctas para hostigarlo indirectamente.
—¿Qué haremos...?
—Te dije que me encargaría de eso.
Frunzo el ceño.
—Pero puedo ayudarte.
—No.
—Pero yo...
—No.
—¡Amor...!
—No.
Me tapa la boca impiéndome objetar.
—¡Hh-hmmm!
—Sí, si como digas. Duérmete ya, pesada.
Le pico las costillas obteniendo un quejido. Nos da vuelta dejando mis brazos contra mi pecho y los suyos alrededor de mi torso sin darme escapatoria.
Desisto en luchar probando en si me dará espacio o no y por supuesto que no lo hace. Sigue asfixiándome con toda su fuerza y peso quitándome las chances de estirarme correctamente para dormir.
—Chris... —susurro sabiendo que aún sigue despierto.
Su pecho se infla de aire cuando inhala profundamente.
«Debe estar cuestionándose la decisión de vivir juntos pero qué mal, ya es tarde para eso»
—Te meteré la polla hasta la garganta si no te callas —advierte mandando una ola de calor a mi centro humedecido.
—¿Premio o premio? —lo provoco.
—¡Rachel! —se exaspera.
Una carcajada se me escapa. Me subo encima suyo besándole el rostro y dándole mimos utilizando todas mis cartas para hacer que me diga algo aunque sea lo más mísero sobre lo que planea para mañana.
Es nuestra primera navidad juntos y le toca decidir que haremos, todo gracias a que perdí la apuesta. Significa que debo aceptar cualquier cosa que él quiera hacer, ya sea pasar toda la noche encerrados en casa haciendo cochinadas o lo que tenga en mente.
Antes me pareció divertido ahora me preocupa un poco. Pero eso me pasa por querer ganarle a Christopher en cualquier juego de resistencia al alcohol.
Tiene un aguante admirable mientras que yo con 7 copas ya estaba ebria hasta el culo él seguía cómo si nada.
No hacía más que reírse de mí cada que metía la cabeza en el retrete.
Hijo de puta.
A los enfermos se les ayuda.
—No conseguirás nada —dice suspirando gracias a mis atenciones.
—¿Seguro? —me balanceo sobre su polla.
Abre un ojo mirándome con recelo.
—Sí.
—Mmmm ¿seguro seguro? —insisto aumentando la velocidad.
Un gruñido gutural se escapa de su garganta y sonrío victoriosa cuando me deja contra la cama y ahora es él quién se me sube encima.
—No conseguirás nada sobre mañana pero si una buena follada por insistente —abofetea mis pechos.
Mierda
Yo que tenía ganas de descansar.
***
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✯𝑭𝒂𝒏𝒇𝒊𝒄𝒔 𝑪𝒉𝒓𝒊𝒔𝒄𝒉𝒆𝒍✯
Fanfiction«Somos 𝒍𝒂𝒔𝒄𝒊𝒗𝒊𝒂, somos 𝒍𝒖𝒋𝒖𝒓𝒊𝒂 y somos 𝒅𝒆𝒔𝒆𝒐. Somos 𝒍𝒐𝒔 𝒎𝒂𝒍𝒐𝒔 que no le envidian nada a 𝒍𝒐 𝒃𝒖𝒆𝒏𝒐» - - - - - - - - - - - - -