capítulo 21

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Con el paso del tiempo, la amistad con Emma se fue fortaleciendo, para bienestar mental de Regina y para dolor de cabeza de Cora. Poco a poco, Regina se fue acostumbrando a la presencia de Emma en la casa. Aun la echaba cuando se pasaba de su hora habitual de visita, pero Emma se encargó de hacerle entender que jamás sería una mala influencia para su hija. 

—No pensé que te gustara ese idiota —dijo Regina mientras caminaban por la acera hacia la casa de la rubia—. ¿Cómo puedes hacerle caso? Es... 

—Oye, basta. Decidí darle una oportunidad. Sé agradable cuando esté con él, ¿sí? 

—¿De qué hablas? Tú irás sola a esa cita, no veo por qué... —La miró extrañada y frunció el ceño. 

—Bueno, decidí invitarlo a comer hoy —sabía que eso no alegraría a la morena, así que se detuvo y la miró nerviosa. Regina también se detuvo sin apartar la mirada. 

—¿Sabías eso y decidiste no decírmelo? 

—Sabía que no irías a casa hoy y quería que compartiéramos una película. 

—¡Pero no con él! 

—¿Por qué no? Regina, que yo sepa, te dejó en paz luego de que le fracturaras la nariz en séptimo grado. No te pido que lo ames, pero sí que lo toleres... por mí. 

——Emma, te lo diré una vez y solo una: Killian Jones jamás me agradará, ni por mucho amor que llegues a tenerle. No te estoy diciendo que lo dejes o que decidas entre uno de los dos, pero no me obligarás a estar junto a él. ¿Lo entiendes? —Emma le soltó la mano y detuvo su caminar—. No quiero que te molestes, ¿de acuerdo? —Regina estiró su mano ofreciéndosela a la rubia. 

—No sueles relacionarte con mis otros amigos... ¿por qué? —preguntó Emma, sin tomarle la mano. 

—¿De qué hablas? —Regina frunció el ceño—. Conozco a tus amigos. 

—Pero no sueles hablar con ellos, normalmente te retiras o inventas algo para irte. ¿Qué sucede con ellos? 

—No es así, son tus amigos, incluso antes de que yo apareciera. 

—Y no te agradan. 

—No es verdad. 

—Entonces, ¿por qué? 

—¿Es obligatorio que esté con ellos?- Regina empezó a balancearse ligeramente de un lado a otro, un movimiento repetitivo y calmante que siempre hacía cuando estaba estresada o ansiosa. 

—Podrías intentarlo. 

—Que yo recuerde, ninguno suele hablarme cuando estoy contigo. ¿Por qué no les dices a ellos también? 

—Porque no rechazan mi amistad con Killian. 

Regina dejó de balancearse y miró a Emma con seriedad. 

—Emma, por favor. Sabes que el pirata del cuero no quiere ser solo tu amigo —su tono era casi de burla cuando hablaba del sujeto—. Te lo digo, respeto, pero no apoyo tu futura relación. —Se dio la vuelta y dejó a la rubia. 

A veces sólo debemos seguir Donde viven las historias. Descúbrelo ahora