15 de Julio, 19:49.
El gran dilema. Me duché y ya tengo el pelo planchado y liso como un folio, pero, ahora viene la madre del cordero:
¿Qué me pongo para la fiesta?
Obviamente le he pedido opinión a Carolina (Es mi salvadora). Mi ropa no destaca por ser provocativa y dado los recientes acontecimientos, he creído que estaría más cómoda con ropa sexy; me ha gustado sentir que levanto sensaciones tanto en ellas, como en ellos...
Carolina ha comenzado a sacar vestidos, tops, faldas ajustadas, tacones... parecía que llevaba una tienda de ropa en sus maletas...
—¿Sabías que venías a una casa de vacaciones no?, es decir, ¿Sabías que no íbamos a ningún desfile de moda ni nada no? —La chica se ha reído de mi tontería.
—Venga, ¡Al lio! ¿Qué quieres ponerte? —Me dijo.
—¿Qué te vas a poner tú?
—Mi vestido ya está apartado... ¡No me lo vas a quitar! —Dijo Carolina entre risas.
Comencé a mirar entre tanta ropa y, lógicamente, lo que más me llamó la atención era un vestido negro que había en el fondo del montón.
—¡Chica!, ¡que pesada con el negro! —Lo dijo por el vestido, pero, parecía que lo decía por Elías... Nos reímos, no sé si porque me leyó el pensamiento o por que se ríe por todo...Es genial esta chica.
Yo seguí indagando en el montón.
Comencé a probármelo todo. Los tops eran increíbles: los había con escotes hasta el ombligo, con la espalda descubierta, de tirantes, palabras de honor, y todos acompañados con mis enormes tetas rellenándolos "¡Que envidia de tetas cariño!" dijo Carolina en algún momento.
Luego: los vestidos.
Había uno que, me encantó desde que me lo puse: es blanco entero, con la falda corta, y un escote digno de una diosa. La espalda descubierta y muy ajustado a mi cuerpo. Las dos nos hemos quedado en silencio, sabiendo que era "El elegido".
—Pero Lara, las bragas... ¿No tienes tangas?, no es por nada, pero, es que este vestido se transparenta un poco y se ven esas... bragas —Lo dijo con un poco de rechazo hacia las bragas de toda la vida.
—Sí, tengo tangas.
—¡Vale! Pues tráetelos.
He ido a mi habitación y los he agarrado todos, he vuelto a su habitación y he comenzado a probármelos. El que más nos convencía era uno de color amarillo, "Va a juego con tu pelo", dijo Carolina viendo que dicho tanga era, casi del mismo tono que mi pelo. La verdad es que este tanga me hace un culazo...
Justo cuando estaba volteada al espejo admirando mi culo, entró Elías en la habitación. Carolina me tapó con el vestido al instante; tuvo reflejos la chica.
—¿Enserio? —dijo Elías—El bikini de ayer tapaba menos que ese tanga Lara.
—¡Vete Elías! —dijo Carolina, empujando a su hermano que, entre risas salió de la habitación. Yo estaba totalmente encendida. Roja como el capote de un torero...
En fin. Que me he decidido por ese tanga y ese vestido. Carolina me ha aconsejado que no me ponga sujetador y que deje que la transparencia tape lo que tenga que tapar. Los pezones se intuyen, pero, no se ven.
Me he venido para mi habitación con los tacones que me ha dado "Mi salvadora" en la mano derecha y, un pintalabios rojo en la izquierda y aquí estoy, pintándomelos mientras espero a que Álex termine de arreglarse.
15 de Julio, 20:14.
Está guapísimo. Lleva una camisa veraniega; de esas que quedan "Oversize" y, un pantalón de lino.
Lo dicho, guapísimo.
Ha venido Elías un momento a nuestra habitación y Álex se ha puesto un poco inquieto. Lo cierto es que lo ha enviado Carolina para recuperar su pintalabios.
—Oye Lara —Me ha dicho Elías—Carolina quiere su pintalabios. Me ha enviado ella.
Al parecer, vamos a ser "Compis" de color de labios... (Borrar esta tontería)
—¡Sí claro! —Creo que he sido demasiado efusiva en mi respuesta.
Se lo he dado y nuestras miradas se han cruzado. No tengo ninguna intención con él, (Dios me libre) pero, el muchacho me enciende bastante, y más, de la manera de la que iba vestido:
Elías lleva una camiseta negra ajustada, un pantalón negro también y unas zapatillas deportivas blancas. En la muñeca izquierda lleva un reloj plateado y dos anillos de plata. En el cuello, el chico lleva una cadena de plata con un grosor perfecto para no destacar, pero, para saltar a la vista solo con mirarle. Lo que mejor le queda es su camiseta... Los músculos... En fin, que me enciendo y tengo aquí a Álex despotricando sobre él.
—Se cree muy guapo el francés de los cojones —gruñe Álex.
Yo en cambio, me he puesto a escribir esto para disimular mi calentón.
¡Nosvamos! ¡Deséame suerte Diario! (¿Suerte para que Lara...?).
ESTÁS LEYENDO
Ángel y demonio (+21)
RomanceUna historia capaz de hacer sentir con las palabras lo que ellos con sus cuerpos.